Sidharth Jain, Aarav Patel y Shiv Menla tienen solo 13 años, pero estos compañeros de colegio son conscientes del mayor problema que enfrenta su natal Mumbai, India y buscaron darle solución a través de la robótica.
Esta idea los llevó a formar el equipo GForce y conseguir un cupo en la categoría libre de la Olimpiada Mundial de Robótica (WRO), que se celebra este fin de semana en el Centro Kölbi y el Anfiteatro Coca-Cola de Parque Viva, en La Guácima de Alajuela.
"Mumbai tiene el quinto parque vehicular más grande del mundo. Esto no solo representa problemas de embotellamiento, si no también de contaminación y gasto de combustibles. El planeta está sufriendo mucho con esto", explicó Patel.
La solución llegó de la mano de una idea poco convencional: con robots crearon un parque vehicular a escala en el que un carro (de preferencia, de doble tracción) utilizará su motor no solo para transportar a quienes viajan en él, si no también a quienes viajan en el carro de atrás. El carro de atrás tendría el motor apagado y no gastaría combustible.
¿Cómo se logra esto? A través de sensores que tienen conectados tanto en las partes traseras como delanteras, ambos carros estarían "conectados" y podrían "remolcarse".
"Sería una muy buena idea porque el carro que va liderando, sí tendría un gasto mayor de combustible, pero menos del que tendrían los dos carros por separado. La idea es que el carro de atrás le pague al que va adelante. Esto puede ser muy útil en zonas donde hay trayectos largos, como dentro de Mumbai, o de Chicago a Nueva York, o quienes cruzan todo Costa Rica de frontera a frontera", comentó Jain.
El proyecto va más allá y da la forma de encontrar un auto que tenga la misma ruta larga.
"Creamos una app en la que el usuario puede poner su punto de partida, su punto de llegada, modelo, marca y cilindraje de carro. Además, especificar si quiere ser el carro que remolca o que es remolcado", especificó Menla.
Ayuda contra cambio climático
Ellos no son los únicos preocupados por su comunidad. Tsuguha Kataoka, de nueve años, y Haruta Kosukegawa, de 10, ambos de Tokio, Japón, buscaron cómo convertir el agua derretida de los glaciares nuevamente en hielo.
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Para ello, utiizan tres robots. Uno que busca los icebergs y monitorean la altura y dimensiones de cada iceberg para determinar si hay hielo por derretirse. El segundo funciona como bomba para sacar el agua alrededor de los glaciares y, el tercero, congela el agua para los glaciares.
"Esto tiene muchas ventajas: es completamente automático y no requiere de presencia humana para estarlo accionando en las frías temperaturas de la Antártida. También es una energía amigable con el ambiente, pues funciona con la energía solar y del viento. Y también está diseñado para detectar animales y no maltratarlos", comentó Kosukegawa.
Los menores hicieron su presentación de una forma muy animada: uno de ellos se vistió de explorador y otro de pingüino.
Esto capturó las miradas de muchos visitantes.
"Son adorables. El inglés no es mi fuerte, sin embargo, ellos captaron toda mi atención y entendí todo. La forma en que se vistieron y lo animado que lo dijeron, me encantó", dijo Viriginia Vega, de 14 años, y vecina de San Rafael de Alajuela, quien llegó a visitar la exhibición con sus papás.
Ayuda en lugar histórico
Dos jóvenes de Jerusalén, Mustafa AbnZahra (de 14 años) y Amr AbnZahra (de 15) buscaron una solución de transporte ecológico para la parte histórica de su pueblo.
"Es una ciudad muy antigua en la que la gente se acumula y dificulta el paso. También, está llena de escaleras y desniveles que impiden que personas mayores o con discapacidad puedan movilizarse fácilmente", subrayó Mustafa.
Su idea consiste en un robot-carro que utilice los bordes de las paredes de Jerusalén como vía y los carros puedan pasar por ahí sin ningún problema, como si fueran carros voladores.
Mundial de fútbol robótico
Las competencias del mundial van más allá. En la categoría fútbol, por ejemplo, equipos de dos robots juegan con una pelota de transmisión infrarroja con el objetivo de anotar goles.
En esta categoría participan niños y jóvenes entre los 10 y los 19 años. No hay divisiones por edad y todos compiten con personas de todas las edades.
Este campeonato se vive en varios campos especiales para fútbol robótico. Hay una decena de campos y esto permite jugar varios partidos a la vez. El público puede observar los juegos desde una gradería.
Esto se vive como cualquier otra fiesta de fútbol. Hay porras, gritos, y hasta se escucha el "Oé oé oé oé ticos, ticos" cada vez que un equipo nacional mete un gol.
"Es muy emocionante. Uno no conoce ni a la gente que está jugando, pero es sumamente lindo. Es como ver jugar a la Sele, pero al mismo tiempo poder fijarse en lo que pasa en otros partidos", dijo Tamara Zúñiga, quien llegó sola al evento, pero asegura que ya saludó a varios conocidos.
Reglas rigurosas
Como si se tratara de una Olimpiada de deportes, las reglas que deben seguir los participantes son tajantes y quienes las incumplen son descalificados.
Cada categoría de las WRO tiene de 24 a 30 jueces que no solo dan los puntajes, también ven si alguien comete alguna falta al reglamento que deba sancionarse.
Francisco Molina, coach general de la WRO (quien se encarga de liderar a los jueces) explicó que esto es algo muy poco común, pues las personas que llegan a este nivel de Olimpiada Mundial conocen muy bien las reglas y es muy difícil que una de ellas se exponga a ser descalificada.
"Hay cosas que han llevado a varios equipos en mundiales anteriores a ser descalificados, como traer un robot prearmado (algo que en varias categorías es prohibido) o hablar con los entrenadores, o tener actitudes que sean ofensivas para los miembros de un equipo contrario", manifestó Molina.
Hasta el momento, en Costa Rica no se han dado acciones que puedan descalificar a ninguno de los 400 equipos.
Las reglas se dan a conocer todos los meses de enero y durante estos meses los equipos de todos los países se preparan y limitan las acciones de los robots a ellas.
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Espacio para compartir
La WRO es organizada por la empresa Aprender Haciendo, en colaboración con el Centro Nacional de Alta Tecnología (CENAT-Conare), auspiciada por el Consejo de Innovación Talento Humano de la Presidencia de la República, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT), el Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit), el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y patrocinada por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Familias de todas partes del país llegaron este sábado a La Guácima de Alajuela para compartir y ver los diferentes robots. Las puertas también permanecen abiertas este domingo al público, de 9 a. m. a 4 p.m. La entrada es gratuita.
