
Un dinosaurio que vivió hace unos 128 millones de años en lo que hoy es China solía camuflarse tras las ramas de los árboles y sorprendía a sus presas por la espalda.
Luego les inyectaba su veneno y finalmente, cuando se paralizaban, las devoraba.
Se trató del llamado Sinornithosaurus , el primer dinosaurio venenoso estrechamente emparentado con las aves del que se tiene registro hasta ahora, revela un estudio publicado en la última edición de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences .
Esta investigación fue realizada por científicos de la Universidad de Kansas, Estados Unidos, y de la Universidad del Noreste de China, en Shenyang.
Según los expertos involucrados en el estudio, se cree que el sinornitosaurio fue un pariente cercano al velociraptor.
El animal tenía apenas el tamaño de un pavo –con un cuerpo de no más de un metro de longitud–. Sin embargo, era un depredador muy ágil de otros dinosaurios más pequeños y pájaros.
Tóxico peligroso. Sobre si tenía veneno y cómo lo inyectaba en sus víctimas, la evidencia es clara.
Los investigadores de este estudio afirman que, al igual que los actuales lagartos y las serpientes, el prehistórico animal tenía cavidades especiales a los lados de la cara donde se encontraba una glándula que secretaba el veneno hasta los colmillos superiores.
Asimismo, estos colmillos eran bastante largos, lo cual, posiblemente, les permitía penetrar con facilidad a través de las capas de plumas de los pájaros que cazaba.
Por otra parte, tener dientes largos y acanalados en la mandíbula superior es algo muy inusual en los dinosaurios.
También se detectó, a partir de la osamenta fósil, que estos animales tenían un sistema de baja presión para distribuir ese veneno, añadió Larry Martin, paleontólogo y profesor de la Universidad de Kansas, EE. UU.
Su veneno probablemente no era mortal, pero impedía a la presa atacar o escapar.
Finalmente, se cree también que el sinornitosaurio probablemente tenía plumas, pues está emparentado con el microraptor, una especie de dinosaurio diminuto con espectaculares plumas y cuatro alas, cuyo estudio ha sido muy útil para poder determinar las relaciones evolutivas entre las aves y los dinosaurios.
“Este nuevo hallazgo ayudará a profundizar en el conocimiento de otras especies y a entender cómo los organismos evolucionaron en la producción de sustancias tóxicas”, concluyó el científico Gong Enpu, líder del equipo investigador de China.
Los primeros restos fósiles de esta especie de dinosaurio fueron encontrados en 1996, dando nuevos elementos de prueba a la teoría de que las aves evolucionaron a partir de los dinosaurios.