El reflejo y transparencia de las ventanas en casas y edificios provocan choques de aves contra los vidrios y una mayoría de ellas (59%) muere.
En total, 135 especies de pájaros residentes y migratorios fueron afectados por estas colisiones entre el 2013 y el 2015.
El dato se obtuvo de la investigación hecha por Rose Marie Menacho, como parte de su doctorado en la Universidad Estatal a Distancia (UNED). Menacho recibió reportes de ornitólogos y observadores de aves a través de Facebook, WhatsApp y correo electrónico; esto gracias al apoyo de la Asociación Ornitológica de Costa Rica (AOCR).
Asimismo, la investigadora visitó el Museo Nacional y el Museo de Zoología de la Universidad de Costa Rica para conocer antecedentes de esta problemática, ya que al ingresar los datos de los especímenes, se registra la causa de muerte.
Esta revisión dio como resultado 57 especies afectadas, entre las cuales sobresale el zorzal de Swainson (Catharus ustulatus), el saltarín cabecirrojo (Ceratopipa mentalis) y el sargento (Ramphocelus passerinii). Eso, en cuanto al Museo Nacional; en el Museo de Zoología se contabilizaron 26 especies.
“La mayoría de las muertes de las aves se da por hemorragia intracraneal debido al impacto contra el vidrio”, especificó Menacho.
Ciencia ciudadana. Actualmente, la investigadora cuenta con 238 reportes recolectados entre el 2013 y el 2015. Sin embargo, ella solicita la colaboración de las personas, especialistas o no, para robustecer esta base de datos y así tener un panorama más cercano a la realidad.

Ayudar es muy sencillo; solo se tiene que tomar una fotografía del ave (viva o muerta), también tomarle una foto a la ventana, indicar la hora, fecha y lugar donde ocurrió el incidente.
“Para este proyecto no es necesario saber identificar las aves, sino estar interesados en estas, contar con equipo y tiempo para tomar fotografías y, sobre todo, estar dispuestos a colaborar”, destacó Menacho.
Esa información puede enviarse por correo electrónico (escribir a roseamena@yahoo.com ) o por Facebook (buscar el grupo “Aves y Ventanas Costa Rica” ).
Si el pájaro está vivo, no lo sople, ni aturda con ruidos. Tampoco lo manipule innecesariamente. Aléjelo de los animales domésticos, déjelo que se recupere solo y libérelo lejos de las ventanas.
En caso de estar muerto, el espécimen puede ser útil para la ciencia. En ese caso, puede donarlo al Museo Nacional.
De hecho, y gracias a este tipo de reportes, se sabe que la familia de los colibríes es la más afectada por estas colisiones, seguida por los zorzales.
El 70% de las aves que chocaron con ventanas eran residentes del sector y el 30%, migratorias.
“Se encontraron individuos fuera de su área habitual de distribución, varias especies que migran altitudinalmente. Un caso fue el pájaro campana (Procnias tricarunculatus) encontrado en San Pedro de Montes de Oca. Otros casos fueron tres cuclillos de manglar (Coccyzus minor) encontrados en San Antonio de Belén, Brasil de Mora y Orotina”, detalló Menacho.
En 69 reportes, las personas mencionaron la hora del incidente. El 72% de los choques ocurrieron antes del mediodía, lo cual coincide con una mayor actividad de los pájaros.
Los resultados preliminares ya fueron publicados en la revista Zeledonia de junio.