La nueva especie de libélula que vive entre bromelias, descubierta en los bosques de Sarapiquí (Heredia) en el 2013, ya cuenta con nombre científico.

Se llama Erythrodiplax laselva y se trata de un caballito del diablo, el cual se descubrió en la estación biológica La Selva , que pertenece a la Organización para Estudios Tropicales (OET).
El investigador y director de La Selva, Carlos de la Rosa, dio con la nueva especie, cuando, por casualidad, observó una piel de larva que colgaba en un tronco caído que poseía piñuelas. Esa piel –o exuvia– pendía de la parte inferior de las hojas de una bromelia.
Anterior a este hallazgo, solo se conocía una especie de caballito del diablo, cuyas larvas pueden vivir en el agua de las bromelias. Se trata del Erythrodiplax bromeliicola, que es propio de Cuba y Jamaica.
“Entre sus datos curiosos están que es una larva bastante grande y puede vivir toda su vida en las pocitas de agua de estas plantas.
”Se conoce muy poco de su comportamiento como adulto. Al buscarla en La Selva, nos dimos cuenta de que es relativamente común en las bromelias”, comentó De la Rosa.
La descripción de la nueva especie requirió del conocimiento de los taxónomos William Haber y David Wagner, expertos en libélulas y caballitos del diablo.
Una vez que se define el nombre científico, se procede a publicar su descripción en una revista dedicada a taxonomía.
“Mis coautores en la descripción de la libélula, Wagner y Haber, descubrieron una tercera especie de Erythrodiplax en bromelias de Ecuador. Ahora que sabemos dónde viven, las podemos encontrar más fácilmente”, dijo De la Rosa a La Nación .
Para el investigador de La Selva, los ecosistemas acuáticos de Costa Rica resguardan una amplia diversidad de organismos, principalmente insectos, que aún no se conocen.
“En Costa Rica aún existen miles de especies por descubrir, quizás decenas de miles. Entre los insectos y otros invertebrados, hay familias o grupos que se conocen muy poco. Solo en la familia Chironomidae emparentados con los mosquitos, hemos descubierto más de 500 especies nuevas, que aún no tienen nombre. Ese número continuará creciendo en la medida que exploremos los ecosistemas acuáticos del país”, dijo de la Rosa.