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Los elefantes y los manatíes podrían haber evolucionado a partir de un ancestro común acuático, un animal del tamaño de un tapir que se alimentó de plantas en los ríos y vivió hace unos 60 millones de años.
Así lo reveló el análisis químico de diversas dentaduras fosilizadas realizado por expertos de la Universidad de Oxford y de la Universidad Stony Brook de Nueva York, Estados Unidos.
Según los científicos, eso podría significar que, en algún momento de su evolución, los antiguos elefantes vivieron casi exclusivamente en el agua o eran anfibios.
Los anfibios son animales que sufren una metamorfosis durante su desarrollo. Durante la primera etapa de su vida son acuáticos, transformándose a terrestres durante su adolescencia.
Hasta ahora se creía que los elefantes evolucionaron de un ancestro completamente terrestre y que siempre tuvo este estilo de vida. Sin embargo, esta nueva evidencia apunta hacia el agua, lo que podría modificar la actual comprensión sobre la anatomía y comportamiento de estos animales, publicó ayer un estudio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Según su ADN, los elefantes están relacionados con los manatíes y los llamados dugongos o vacas marinas, así como con otros mamíferos terrestres tales como la liebre de las rocas.
El estudio. Para llegar a estas conclusiones los científicos analizaron fósiles de dos especies que pertenecen a una familia extinta de mamíferos relacionados con el elefante y, de una manera más distante, a la vaca marina. Estas especies son el Moeritherium y el Barytherium .
Las muestras fósiles tienen 37 millones de años y fueron recolectadas en el norte de Egipto.
En cada una de las especies se identificó la presencia de ciertos elementos como el oxígeno y el carbono y la proporción de isótopos de cada elemento en el esmalte dental de ambos animales. Esto permitió conocer más de la vida y dieta de estos animales.
