
Un punto de luz casi imperceptible en el cielo captado por el Telescopio Espacial James Webb encendió una fuerte discusión en la comunidad astronómica. Capotauro, como fue bautizado por el equipo que lo identificó, podría tratarse de la galaxia más antigua observada hasta ahora, formada apenas 90 millones de años después del Big Bang.
La edad estimada sugiere que su luz recorrió el universo por más de 13.600 millones de años. Esta cifra representa menos del 1% de la edad actual del cosmos. Sin embargo, aún no se ha confirmado si el objeto es realmente una galaxia. Las dudas sobre su verdadera naturaleza abren paso a otras hipótesis.
¿Una galaxia o una estrella cercana?
El hallazgo se dio durante una investigación liderada por Giovanni Gandolfi, de la Universidad de Padua y del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia. El equipo analizaba imágenes del telescopio en busca de las primeras galaxias del universo.
Entre los datos surgió un punto extremadamente tenue con un desplazamiento al rojo (redshift) de 32. Este valor rompe el récord anterior de 14,4, registrado por la galaxia MoM-z14, formada aproximadamente 280 millones de años después del Big Bang.
De confirmarse que Capotauro corresponde a una galaxia, empujaría la frontera observacional 190 millones de años más atrás en el tiempo. No obstante, su brillo inusualmente elevado ha despertado escepticismo.
Según estimaciones, el objeto tendría una masa equivalente a mil millones de soles, algo que la ciencia considera improbable para una época tan temprana. Para alcanzar ese tamaño, habría tenido que convertir casi todo su gas en estrellas, con una eficiencia que los modelos actuales no logran explicar.
También podría estar en la Vía Láctea
Frente a esta inconsistencia, el equipo de Gandolfi exploró alternativas. Una de las posibilidades más sólidas indica que Capotauro podría ser una enana marrón muy fría ubicada dentro de la propia Vía Láctea, a unos 7.000 años luz de la Tierra.
En ese caso, no se trataría de una galaxia, sino de una estrella fallida con una temperatura superficial de apenas 27 °C, lo que la convertiría en una de las más frías y distantes detectadas hasta el momento.
La comparación utilizada por el equipo investigador fue que se tiene una huella digital parcial del objeto, suficiente para reducir las opciones a dos: una galaxia primordial o una enana marrón excepcional.
El artículo que describe el descubrimiento se publicó el 1.º de setiembre en la plataforma arXiv, aunque todavía no ha sido sometido a revisión por pares.
Un reto para la cosmología actual
Cualquiera que sea la respuesta final, Capotauro representa un desafío para la cosmología. Si se trata de una galaxia, obligará a revisar por completo los modelos actuales de formación galáctica. Si resulta ser una enana marrón, se abrirá una nueva ventana para comprender las estrellas frías y lejanas dentro de nuestra propia galaxia.
Por el momento, los investigadores esperan obtener nuevas observaciones del Telescopio Espacial James Webb que permitan confirmar su composición y distancia real. Mientras tanto, Capotauro permanece como un misterio cósmico, brillando en los confines del tiempo y de la imaginación científica.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
