
Un campo en apariencia normal en Rechnitz, Austria, ocultó durante milenios un complejo sistema de marcas circulares que hoy intrigan a la arqueología. Bajo la superficie, arqueólogos descubrieron estructuras de hasta 106 metros de diámetro excavadas por comunidades neolíticas hace aproximadamente 6.500 años.
Este hallazgo ocurrió entre 2011 y 2017 gracias a levantamientos aéreos y mediciones geomagnéticas realizados por el Instituto de Prehistoria y Protohistoria, el Instituto Ludwig Boltzmann de Arqueología Virtual y el Departamento Federal de Monumentos.
Desde entonces, los trabajos de excavación de rescate han permitido documentar la zona antes de que inicie la construcción de un centro de visitantes.
Las marcas circulares más antiguas que Stonehenge
Los investigadores identificaron cuatro grandes estructuras circulares. Tres de ellas datan del periodo conocido como Neolítico Medio, entre 4.850 y 4.500 a. C., lo que convierte al sitio en un potencial centro regional de gran relevancia para esa época.
Además, encontraron vestigios de viviendas, postes de madera y fragmentos de cerámica, que podrían pertenecer a los primeros asentamientos agrícolas tras la transición de grupos nómadas a sociedades agrícolas y ganaderas.
De acuerdo con estudios previos, estructuras similares se han hallado en más de 120 puntos de Europa Central. Estas generalmente incluían entre una y cinco trincheras concéntricas y pudieron haber estado rodeadas por paliadas de madera.
Un misterio sin resolver
A pesar de su tamaño y distribución, la función original de estas construcciones sigue sin esclarecerse. La comunidad científica debate si se trataba de espacios ceremoniales, centros de reunión o estructuras vinculadas al calendario agrícola.
La distribución y el tamaño inusual de estas marcas convierten a Rechnitz en un caso excepcional. La posibilidad de que se tratara de un lugar con importancia religiosa, astronómica o política sigue abierta.
La Universidad de Viena realiza el análisis de las muestras de suelo extraídas del sitio. Estas podrían ayudar a comprender mejor la fertilidad de las tierras, las técnicas agrícolas empleadas por las comunidades y detalles sobre su alimentación.
Las autoridades locales proyectan transformar la zona en un parque arqueológico abierto al público, con cultivos experimentales de cebada, lino y ortiga, los cuales ya se cultivaban en la región en el sexto milenio antes de Cristo.
Proyecto con impacto turístico y cultural
El plan incluye un centro de visitantes con contenido educativo y espacios interactivos, lo que permitiría a los visitantes comprender cómo vivían los primeros agricultores del lugar.
El gobierno regional destacó que este centro funcionará no solo como fuente de divulgación histórica, sino también como área recreativa para los residentes y atractivo para el turismo cultural en la zona de Burgenland.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
