
Un complejo sacrificial de 2.400 años fue descubierto en el sitio arqueológico Vysokaya Mogila, en Rusia, entre dos montículos funerarios.
El hallazgo, calificado como el más rico de su tipo, forma parte de las excavaciones realizadas por la Expedición Arqueológica de los Urales, dirigida por el Instituto de Arqueología de la Academia Rusa de Ciencias.
La necrópolis data de los siglos IV y III a. C. y se extiende en un radio de seis kilómetros con montículos funerarios que se cree pertenecieron a personas de alto estatus. En estos se identificaron objetos dentro y en las cercanías, aunque la mayor concentración de piezas se localizó en una cava redonda y poco profunda, ubicada al oeste de uno de los montículos.
Artefactos con origen en otras regiones
Según el Instituto de Arqueología, el conjunto se considera el más rico del que se tenga registro por la variedad y procedencia de los artefactos, muchos de los cuales no se habían encontrado antes en esta zona del mundo. Se presume que provinieron del norte del Cáucaso y de las regiones ubicadas al norte del mar Negro.
La mayoría de los objetos estaba entre 20 y 50 metros de profundidad con respecto al montículo. Entre los hallazgos en el lado este figuraron fragmentos de hierro, protectores de mejilla y una pieza con gancho en la parte superior. Los arqueólogos sospechan que algunas de estas piezas fueron extraídas de los espacios rituales.
En el lado este y sureste, se halló un accesorio de plata que servía de conexión para un recipiente de madera, además de una placa de oro con la figura de una cabeza y pata delantera de un tigre, unido con precisión.
Símbolos de estatus y rituales funerarios
El complejo contenía centenares de artefactos, en su mayoría relacionados con el equipamiento de caballos, como piezas laterales, frenos de hierro y testeras de bronce. Los arreos estaban decorados con círculos metálicos planos, grabados con imágenes de aves, animales míticos, figuras geométricas o rostros humanos.
Otro hallazgo destacado fue una vasija de madera ornamentada con plata y mandíbulas de jabalí, dispuestas como en un ritual de sacrificio. Para los investigadores, esto indica que en el lugar se realizaban rituales funerarios de carácter simbólico, probablemente dirigidos por miembros de la nobleza nómada, que utilizaban el espacio entre los montículos como escenario ceremonial.
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