
Un grupo de arqueólogos localizó un cuenco ritualístico de más de 10.000 años de antigüedad en el fondo del lago Biwa, en Japón. El hallazgo ocurrió a 64 metros de profundidad, dentro del sitio arqueológico subacuático de Tsuzuraozaki, y se trata del artefacto más antiguo recuperado hasta ahora en esa zona.
La cerámica mide 25 centímetros de alto, posee una base puntiaguda y grabados en su superficie. Los especialistas la identificaron como una pieza del estilo Jinguji, asociado al período Jomon, una etapa prehistórica japonesa que se extendió desde el 14.500 a. C. hasta el 1.000 a. C.
El objeto fue datado entre el 11.000 y el 10.500 a. C., según divulgó el sitio especializado Ancient Origins. Su estado de conservación sorprendió a los científicos, quienes explicaron que las condiciones geológicas del lago contribuyen a preservar este tipo de piezas. La zona donde se encontró se ubica en una depresión similar a un valle, con escasa acumulación de sedimentos, lo que permite la exposición continua del lecho lacustre.
Además, los movimientos tectónicos activos en el área han impedido la cobertura por capas de tierra, lo que creó una especie de cápsula del tiempo subacuática, según investigadores japoneses.
Más de un siglo de exploraciones
El cuenco se suma a unas 200 piezas de cerámica recuperadas en ese sitio durante el último siglo. Los objetos abarcan periodos históricos que van desde el Jomon hasta el Heian y fueron localizados entre los 10 y los 70 metros de profundidad.
La cerámica del período Jomon ha llamado la atención por su calidad técnica. Se cree que los pueblos de esa época, aunque dedicados a la caza y recolección, lograron avances notables en el trabajo del barro y el fuego. El estilo Jinguji, como el de la pieza hallada, se caracteriza por formas suaves, patrones grabados y bases estrechas o puntiagudas.
El entorno acuático ha permitido conservar detalles que usualmente se pierden en excavaciones terrestres, debido a la erosión o la fragmentación. Por ello, esta línea de investigación ha tomado fuerza con el apoyo de la tecnología.
Avances en la arqueología subacuática
El descubrimiento fue posible gracias al uso de vehículos subacuáticos autónomos desarrollados por la organización ambiental Biwako Trust. Estos dispositivos incluyen cuatro cámaras sincronizadas y un sistema de escaneo 3D, lo que permitió mapear con alta precisión una franja de 200 por 40 metros del lecho lacustre.
La calidad de los datos recolectados fue similar a la que obtendría un equipo humano de buceo, pero sin los riesgos que implican inmersiones a esa profundidad. El trabajo se realizó a solicitud del Instituto Nacional de Investigación de Bienes Culturales de Nara y del gobierno de la prefectura de Shiga.
Durante el mismo estudio también fueron identificadas seis vasijas de cerámica con más de 1.500 años de antigüedad, además de una embarcación antigua.
Un misterio sin resolver
Desde 1924, los arqueólogos han documentado hallazgos en este punto del lago Biwa. Sin embargo, aún se desconoce cómo llegaron algunas embarcaciones a esa profundidad. Las teorías incluyen depósitos rituales dedicados a deidades acuáticas, hundimientos geológicos, o asentamientos antiguos que quedaron sumergidos tras el fin de la última Edad del Hielo.
La combinación de investigaciones históricas y tecnología avanzada ha revitalizado el interés por la arqueología subacuática, que continúa revelando piezas anteriores a los registros escritos más antiguos.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
