Una iguana de color rosado con manchas negras, hasta de 1,80 metros de largo, volvió ayer a recordarnos el porqué las islas Galápagos son Patrimonio Natural de la Humanidad desde hace 30 años.
Casi dos siglos después del trabajo pionero de Charles Darwin sobre la evolución de las especies naturales, científicos italianos y ecuatorianos lograron confirmar que en el archipiélago habita hoy una iguana terrestre, de piel rosada, que es única de este sitio. Esta podría ser un ancestro de otras especies de iguanas terrestres que habitan las islas.
Esta iguana –que aún no tiene nombre científico pero ha sido bautizada como rosada por la pigmentación rosa intenso de su piel– no había sido vista en la isla, ni siquiera por Darwin, que recorrió el archipiélago por décadas.
“Cuando Darwin visitó las Galápagos –en la década de 1830– observó iguanas marinas ( Amblyrhynchus ) y también iguanas terrestres ( Conolophus ), pero no encontró la rara iguana terrestre rosada con franjas negras”, explica un estudio publicado ayer en la edición en línea de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
La nueva especie fue descubierta por primera vez en 1986 por un empleado de un parque natural que la vio por casualidad junto al volcán Lobo, en el norte de la isla Isabela.
Entonces los científicos que asistieron a ver este especímen y a examinarlo tuvieron la sospecha de que esta iguana era similar a las otras, pero con una piel desteñida por el Sol o algún incidente menor, nada especial. Ellos estaban equivocados.
Luego de 20 años y múltiples pruebas genéticas y moleculares, se logró comprobar que la iguana terrestre rosada era una especie genéticamente diferente a la iguana terrestre verde, que también vive allí y de la cual ya se conoce más de su morfología y comportamiento.
Además, los investigadores ahora sostienen que existe un aislamiento genético sustancial entre la iguana rosada y las formas de iguana amarilla y verde.
“La iguana rosada es basal de otras iguanas terrestres de las Galápagos reconocidas como especie, es decir, más primitiva”, enfatiza el documento en PNAS.
El análisis genético indica que esta especie se apartó de las otras iguanas hace unos 5 millones de años. Es decir, mucho antes que otras especies que viven en las Galápagos.
“Es sorprendente haber encontrado en el siglo XXI un hallazgo de estas características”, dijo Washington Tapia, director de investigaciones del Parque Natural Galápagos, un Patrimonio Natural de la Humanidad declarado en riesgo por la Unesco en el 2006.
El científico reconoce que aún no se ha determinado el tamaño de la población de iguanas rosadas, pero que podría suponerse que es bastante pequeña y estar en riesgo de extinguirse “porque al momento solo hemos capturado 36 iguanas rosadas para su investigación”, precisó Tapia.
El descubrimiento lo hicieron investigadores italianos y ecuatorianos que venían trabajando desde el 2001 en colaboración con la científica Gabriele Gentile de la Universitat Tor Vergata, Roma.