
En 2025, la arqueología mundial enfrentó un descubrimiento que transformó la comprensión sobre las prácticas funerarias antiguas. Científicos australianos identificaron restos humanos momificados con más de 12.000 años de antigüedad en Papúa Nueva Guinea, según una investigación liderada por la Australian National University.
El hallazgo ocurrió en 11 yacimientos del sudeste asiático. Los análisis situaron estos cuerpos como las momias más antiguas documentadas hasta ahora. La antigüedad superó a las momias de la cultura Chinchorro en Chile, con cerca de 7.000 años, y a las egipcias, con unos 4.500 años.
La investigación fue publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America y determinó que el método de preservación consistió en una deshidratación por humo. Esta técnica amplió el registro de rituales funerarios desarrollados por las primeras comunidades humanas. El procedimiento evidenció un conocimiento avanzado del manejo del cuerpo tras la muerte.
El impacto del descubrimiento trascendió el ámbito académico. National Geographic lo reconoció como el hallazgo arqueológico del año, debido a su capacidad para modificar la narrativa histórica dominante sobre el origen de la momificación.
Durante décadas, los estudios se centraron en regiones como el Mediterráneo, en especial Egipto, y en las culturas andinas de América del Sur. Los restos hallados en el Pacífico occidental obligaron a reordenar la cronología global y a reconocer un desarrollo más diverso y antiguo de estas prácticas.
El valor científico del hallazgo radicó en que duplicó la antigüedad conocida de la momificación. Este dato llevó a la comunidad científica a revisar teorías previas sobre el surgimiento y la evolución de las técnicas de conservación de cuerpos.
La arqueología reforzó así su carácter dinámico. El conocimiento avanzó mediante la revisión constante de paradigmas. Las momias continuaron siendo una fuente clave para estudiar dietas, enfermedades y rituales de sociedades antiguas.
Aunque 2025 registró otros descubrimientos relevantes, este sobresalió por su alcance histórico. Entre los finalistas figuraron el monumento maya más antiguo y grande documentado, el rescate de un barco medieval durante obras en Barcelona y un fresco en Pompeya que reveló un culto secreto.
La antigüedad y las implicaciones teóricas de las momias del sudeste asiático ofrecieron una nueva perspectiva sobre la historia temprana de la humanidad, con un impacto directo en la forma de interpretar sus primeros capítulos.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
