
El manto de la Tierra se está enfriando y, como consecuencia, 25 volcanes ubicados sobre áreas conocidas como “puntos calientes de la Tierra” podrían dejar de hacer erupción en los próximos millones de años.
Así lo sugiere un análisis de rocas, entre ellas algunas de Costa Rica, que hicueron el geólogo nacional Esteban Gazel, de 26 años, y el estadounidense Claude Herzberg, y que publica hoy la prestigiosa revista Nature.
Según los investigadores, se llama “puntos calientes” a aquellos sitios del manto de la Tierra donde la concentración de calor es muy superior al resto.
Históricamente, la actividad de los volcanes ubicados sobre estos puntos calientes ha estado determinada directamente por la temperatura del manto. Así, cuanto más caliente esté, habrá más erupciones volcánicas allí.
Sin embargo, las mediciones más recientes indican que la temperatura del manto de la Tierra en esos 25 puntos calientes se ha reducido en los últimos 145 millones de años, lo que sugiere que la actividad de estos colosos también disminuirá en los siguientes miles de años.
Cabe resaltar que el fenómeno solo afectará a los volcanes sobre puntos calientes que se ubican en Galápagos (Ecuador), Islandia, Azores (Portugal) y Canarias (España), y no a los demás volcanes del planeta que se formaron por la confluencia de placas tectónicas, como el Poás o el Irazú, en Costa Rica, destacó Gazel.
Reducción y alerta. Según Gazel y Herzberg, la temperatura actual de estos puntos calientes en el manto de la Tierra es menor de 1.500 grados Celsius (con la excepción de Hawai), lo que es entre 60 y 120 grados Celsius menos que en el período Cretáceo, era cuando vivieron los dinosaurios.
La evidencia geológica sugiere que en esa época la temperatura del manto oscilaba entre 1.560 y 1.620 grados Celsius, lo que favorecía la existencia de fuertes erupciones de gases tóxicos, lava y rocas.
Se cree que las altas temperaturas del manto favorecieron las enormes erupciones que contribuyeron con la extinción masiva de los dinosaurios.
Por el contrario, hoy la situación es a la inversa. La baja temperatura del manto está produciendo una merma en la actividad de estos volcanes. Esto ocurre porque a menor temperatura en los puntos calientes se produce mucho menor cantidad de la lava y de erupciones.
El estudio. Para llegar a esta conclusión, los expertos analizaron la composición química de rocas recolectadas por ellos en las penínsulas de Nicoya y Osa, Herradura, Quepos y punta Burica.
El geólogo Gazel señaló que se utilizó este material porque proviene precisamente de varios volcanes submarinos ubicados en el punto caliente de Galápagos.
Estudios previos han confirmado que parte del material que integra las rocas que expulsan los volcanes de Costa Rica se forman justo bajo las islas Galápagos.
Ese material volcánico se traslada hasta el continente gracias al movimiento –en dirección noreste– de la placa Cocos, llamada así en referencia a la Isla del Coco.
“En el caso de Galápagos detectamos un enfriamiento de un grado Celsius por millón de años desde su punto máximo (hace aproximadamente 90 millones de años)”, expresó el científico Gazel.
“Estos resultados confirman que la actividad volcánica allí está decreciendo debido a que las anomalías (donde están los puntos calientes) del manto de la Tierra se están enfriando”, indicó el científico.
“Nuestras evidencias sugieren que por lo menos este ciclo de vida de las anomalías térmicas que ocurren bajo estos volcanes de puntos calientes está llegando a su fin”, agregó el científico, quien obtendrá el doctorado en Geología en la Universidad Rutgers, Estados Unidos, gracias a esta investigación.
Gazel recalcó que llevará algún tiempo (millones de años) para que los volcanes se apaguen o queden sin actividad y que no es algo que percibiremos quienes estamos vivos ahora. “En la escala utilizada para medir el tiempo geológico se habla de que las cosas ocurren de cientos de miles de años a millones de distancia. Esto es muy diferente a la percepción del tiempo para los seres humanos, que tenemos un promedio de vida de 70 años”, destacó.
Por su parte, el geólogo y vulcanólogo tico Gerardo Soto concluyó: “Como los volcanes emiten compuestos hacia la atmósfera y participan en las condiciones del clima, se esperaría que una reducción de su actividad podría tener consecuencias en el clima y las formas de vida del planeta”.