
Una estrella despedazada por dos agujeros negros supermasivos dejó un rastro energético que intriga a la ciencia. Investigadores internacionales lograron registrar un comportamiento inusual en la fuente de rayos X XID 925, ubicada en el núcleo de una galaxia distante, según publicó la revista The Innovation.
El fenómeno ofrece una de las pistas más reveladoras sobre interacciones cósmicas extremas y sugiere que el evento podría haberse producido en un sistema binario, donde dos agujeros negros compartían un entorno galáctico hostil.
XID 925 fue detectada en 1999 por el telescopio Chandra, durante el sondeo Deep Field South. Desde su hallazgo, la fuente captó la atención de la comunidad científica por mostrar una erupción de rayos X extremadamente débil, con cambios de brillo inusuales.
Inicialmente, el objeto brillaba intensamente, pero su luminosidad disminuyó hasta un 2,5% del valor máximo. Este descenso coincidía con lo esperado para un evento de ruptura de marea (TDE), que ocurre cuando una estrella se acerca a un agujero negro y es desgarrada por la gravedad.
En un TDE clásico, el material estelar forma un disco de acreción muy caliente, que emite radiación antes de desaparecer lentamente. Sin embargo, XID 925 no se comportó como un TDE típico.
Entre enero y marzo de 1999, el brillo de XID 925 se intensificó 27 veces en pocas semanas. Luego, disminuyó con la misma rapidez. Esta variación abrupta no encajaba con los modelos tradicionales de TDE.
Este comportamiento llevó al equipo a plantear una nueva hipótesis. En lugar de un solo agujero negro, propusieron que la estrella habría sido víctima de dos agujeros negros supermasivos en un sistema binario.
Según el modelo, el primer agujero negro destruyó la estrella, generando el disco de acreción. Luego, un segundo agujero negro, más pequeño, habría pasado cerca del disco, o incluso atravesado su estructura. Ese paso generó un choque gravitacional capaz de desencadenar una explosión súbita de rayos X, lo que explicaría el estallido de luminosidad observado.
Los científicos compararon el fenómeno con un automóvil fuera de control que interrumpe una escena de accidente, provocando una nueva colisión antes de que todo se estabilice de nuevo.
Si se confirma, este sería el TDE más lejano registrado en un sistema binario de agujeros negros. La observación permitiría comprender mejor las dinámicas violentas en los núcleos galácticos primordiales, regiones dominadas por fuerzas gravitacionales extremas.
El estudio proporciona una ventana única para analizar cómo interactúan los agujeros negros entre sí y con su entorno, incluyendo las estrellas que se aproximan a ellos de forma fatal.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
