
Durante cuatro décadas, el fósil conocido como los “dinosaurios en duelo” fue símbolo de una pregunta sin respuesta: ¿era el joven del enfrentamiento un Tyrannosaurus rex adolescente o una especie distinta?
Un nuevo estudio publicado en Nature el 23 de octubre de 2025 pone fin al debate. Según el equipo liderado por Lindsay E. Zanno, del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte, el depredador no era un T. rex en crecimiento, sino un miembro adulto de un género independiente: Nanotyrannus.
El hallazgo se basa en un fósil casi completo, catalogado como NCSM 40000, recuperado en la Formación Hell Creek, en Montana, Estados Unidoos. Este espécimen, conservado con un grado de detalle excepcional, permitió comparar la anatomía de Nanotyrannus con la de T. rex mediante modelos de crecimiento, análisis filogenético y estudios de huesos en distintas etapas de desarrollo.
Los resultados mostraron que el animal no comparte las características óseas de un tiranosaurio juvenil. Por el contrario, presentaba rasgos fijos en su morfología que no cambian con la edad —como proporciones craneales más esbeltas y una estructura distinta del fémur—, lo que confirma que se trataba de una especie madura, no de un adolescente en desarrollo.
El estudio reabre la historia de uno de los fósiles más célebres del mundo: el conjunto conocido como Dueling Dinosaurs (dinosaurios en duelo), que muestra a dos animales —un ceratópsido y un tiranosaurio— aparentemente atrapados en combate hace 67 millones de años.
Hasta ahora, se asumía que el tiranosaurio del duelo era un T. rex joven. Sin embargo, la comparación detallada con el nuevo espécimen indica que pertenece a una segunda especie de Nanotyrannus, bautizada N. lethaeus.
Esta coexistencia sugiere que el ecosistema del norte de América del Norte era más diverso de lo que se creía, con al menos dos grandes depredadores tiranosauroideos compartiendo territorio en los últimos millones de años antes de la extinción masiva.
El debate sobre Nanotyrannus es uno de los más antiguos en la paleontología moderna. Desde que el primer cráneo fue descrito en 1946 y reclasificado en 1988, los expertos se dividieron entre quienes lo veían como un tiranosaurio juvenil y quienes defendían su identidad propia.
El nuevo estudio, basado en un análisis anatómico y evolutivo inédito, zanja la discusión al demostrar que Nanotyrannus se ubica fuera del grupo de los tiranosáuridos verdaderos, y que su línea evolutiva se separó antes de la aparición del T. rex.
El hallazgo también obliga a revisar numerosas investigaciones basadas en ejemplares considerados “jóvenes T. rex”. Si esas muestras pertenecen en realidad a Nanotyrannus, gran parte de lo que se creía sobre el crecimiento y la biología del T. rex deberá replantearse.
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