
El axolote ha ganado popularidad en distintos países gracias a su particular rostro “sonriente” y apariencia larval permanente. Sin embargo, mientras crece su presencia en acuarios y laboratorios del mundo, la especie lucha por sobrevivir en su único hábitat natural: el lago Xochimilco, al sur de la Ciudad de México.
Este anfibio, cuyo nombre proviene del náhuatl, idioma ancestral aún hablado por 1,5 millones de personas, ha sido objeto de interés científico por su capacidad para regenerar extremidades, partes del cerebro y el corazón.
También se ha popularizado como animal de compañía por sus variantes de color poco comunes, como el blanco, rosa, azul o negro.
La especie nunca completa su metamorfosis. A diferencia de otros anfibios, los axolotes conservan su aspecto juvenil y viven toda su vida en el agua, respirando a través de branquias externas.
Un símbolo mexicano en peligro crítico
El axolote forma parte del género Ambystoma y ha sido clasificado como “críticamente amenazado” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Se estima que quedan menos de 100 ejemplares adultos en estado silvestre.
Las principales amenazas incluyen la contaminación del lago Xochimilco, la pesca excesiva, la extracción de agua por parte de la industria y la introducción de especies invasoras como la carpa y la tilapia, que se alimentan de sus huevos.
La presión sobre este ecosistema aumentó tras el crecimiento urbano e industrial de la Ciudad de México, lo que provocó la instalación de sistemas de bombeo que alteraron la calidad del agua.
A pesar de estas condiciones adversas, la especie ha logrado sobrevivir gracias a proyectos de conservación, investigaciones científicas y su reproducción en cautiverio.
De laboratorio al mundo: la expansión del axolote
El axolote fue introducido en Europa en 1864 por un oficial francés, donde logró reproducirse en cautiverio. Desde entonces, se convirtió en un objeto de estudio en universidades y laboratorios por su valor científico. Más tarde, se popularizó como mascota en varios países.
En 2021, el axolote fue representado en el billete de 50 pesos mexicanos, símbolo de su importancia cultural. Su presencia fuera de México crece cada día más, pero esta expansión no garantiza la supervivencia de la especie en su entorno natural.
Un ejemplo es el nuevo espacio que abrió sus puertas en el BioParque del Río, en Brasil, dedicado exclusivamente a estos anfibios. Este tipo de iniciativas busca educar al público sobre el valor de conservar especies en riesgo.
La ambientación del lugar recrea los canales de Xochimilco e incluye referencias al Día de Muertos, destacando la conexión entre cultura, mito y ciencia. Se busca crear conciencia sobre la importancia de la conservación del axolote y de su hábitat.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
