
Un objeto de otra estrella viaja hacia el Sol. Se trata del cometa 3I/ATLAS, un cuerpo celeste que no se originó en nuestro sistema solar y que se desplaza a velocidades récord.
Este mensajero interestelar sorprendió a la comunidad científica por su extraña composición química y por ser uno de los pocos objetos que llegaron desde más allá del entorno solar.
El cometa fue identificado oficialmente a inicios de julio de 2025. Su paso activó una intensa campaña de observación por parte de astrónomos de todo el mundo. Se estima que tiene entre 7.600 y 14.000 millones de años, lo que lo convierte en más antiguo que el propio sistema solar, cuya edad se estima en 4.600 millones de años.
Alcance máximo al Sol
Los cálculos indican que 3I/ATLAS alcanzará su perihelio el 29 de octubre de 2025, a las 11:55 a. m. (UTC). En ese momento, el cometa se ubicará a 203 millones de kilómetros del Sol, justo dentro de la órbita de Marte.
Este momento será clave para los científicos, ya que 3I/ATLAS no volverá a pasar por el sistema solar. Luego de alcanzar su punto más cercano al Sol, continuará su viaje por la Vía Láctea, alejándose para siempre de la influencia gravitacional solar.
Las cuatro señales inusuales del cometa 3I/ATLAS
Desde su descubrimiento, 3I/ATLAS mostró características sin precedentes. A continuación, las más relevantes según las observaciones realizadas por telescopios terrestres y espaciales:
1. Composición química inesperada
El Telescopio Espacial James Webb detectó que la proporción de dióxido de carbono (CO₂) en relación con el agua es aproximadamente 8:1, una de las más altas registradas en un cometa. Su contenido de agua es extremadamente bajo, apenas un 4% de su composición volátil, en contraste con el 80% que tienen los cometas comunes del sistema solar.
Además de CO₂, 3I/ATLAS también contiene monóxido de carbono (CO) y sulfuro de carbonilo (OCS) en concentraciones elevadas. Estos datos sugieren que este cometa se formó en un entorno estelar distinto al del Sol.
2. Emisiones de metales sin precedentes
El Very Large Telescope (VLT) en Chile identificó altos niveles de vapor de níquel atómico en 3I/ATLAS, una condición inusual entre cometas. Lo más llamativo es la ausencia proporcional de hierro, lo que sugiere un tipo de proceso químico nunca antes observado fuera del ámbito industrial humano.
Los científicos plantean que este fenómeno podría indicar que el cometa pasó por un ambiente con procesos comparables a la refinación de metales, como ocurre en la Tierra.
3. Formación de una anti-cola real
El Observatorio Keck II en Hawái identificó que 3I/ATLAS presenta una anti-cola, es decir, una cola que apunta hacia el Sol en lugar de alejarse, como ocurre con la mayoría de los cometas. Aunque este fenómeno puede parecer una ilusión óptica, en este caso, los expertos confirmaron que no se trata de un efecto visual, sino de una característica física real del cometa.
4. Velocidad sin comparación
3I/ATLAS es el objeto interestelar más rápido jamás observado. Al momento de su descubrimiento, viajaba a 221.000 kilómetros por hora, es decir, unos 61 km/s. Su velocidad continúa aumentando conforme se acerca al Sol.
Una visita única
Debido a su trayectoria hiperbólica, 3I/ATLAS no regresará jamás. Esta es la primera y última oportunidad para observar un cometa que nació en otro sistema estelar y que porta elementos químicos que podrían revelar datos sobre la formación de otros sistemas planetarios.
Astrónomos seguirán recopilando información hasta su salida definitiva del sistema solar. Luego, este viajero interestelar continuará su rumbo hacia lo desconocido, dejando una huella importante para la ciencia.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
