
Durante años, se difundió la idea de que el perezoso no expulsaba gases por vía rectal. Una hipótesis ampliamente citada en publicaciones científicas sugería que el metano producido durante la digestión era absorbido en el torrente sanguíneo y liberado mediante la respiración.
Sin embargo, una grabación realizada en Costa Rica plantea una observación contraria a esa teoría. El video muestra a una cría de perezoso de dos dedos de Hoffmann (Choloepus hoffmanni) mientras se encontraba dentro de una cubeta con agua, momento en que libera una serie de burbujas desde su zona abdominal.
La grabación fue difundida por la zoóloga Lucy Cooke y el veterinario costarricense Andrés Sáenz Bräutigam, quienes trabajan con esta especie en el centro de rescate Toucan Rescue Ranch, ubicado en territorio nacional.
Cooke explicó al medio especializado Live Science que esta creencia ganó fuerza tras la publicación, en 2017, del libro Does It Fart?: The Definitive Field Guide to Animal Flatulence. En ese texto, los autores incluían al perezoso como una de las pocas especies de mamíferos que no expulsa gases intestinales.
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Sáenz, con más de una década de experiencia atendiendo a estos animales en cautiverio, señaló a Live Science que el perezoso genera grandes cantidades de gas.
Incluso, detalló que puede superar a los rumiantes como las vacas, si se compara la producción de metano en relación con el peso corporal.
El especialista indicó que esta acumulación de gas suele dificultar algunos exámenes clínicos, ya que puede interferir en radiografías y ultrasonidos. También explicó que este gas, al quedar atrapado en el estómago, permite que el animal flote con mayor facilidad cuando está en el agua.
En vida silvestre, el perezoso basa su dieta en hojas, las cuales requieren una fermentación lenta en el sistema digestivo. En ambientes controlados, como centros de rescate, se le suministran vegetales adicionales, lo que aumenta aún más la generación de gas debido a la actividad bacteriana.
Sáenz también explicó que esta especie posee un esófago especialmente fuerte, lo que le impide vomitar o eructar. Por esa razón, el gas solo puede ser liberado por el extremo final del aparato digestivo. Según relató, un baño tibio puede estimular esa función fisiológica en ejemplares en cautiverio.
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