
Un conjunto de trampas de piedra, con forma de embudo y hasta 150 metros de largo, apareció en el norte de Chile gracias a imágenes satelitales.
Investigadores identificaron que estas construcciones habrían servido para capturar vicuñas, especie emparentada con las alpacas y las llamas, muy común en países andinos.
El hallazgo se dio en una zona montañosa cerca del río Camarones. Los arqueólogos situaron la antigüedad del sistema en aproximadamente 6.000 años. El estudio fue publicado en la revista científica Antiquity el lunes 13 de octubre.
Los investigadores documentaron 76 estructuras llamadas “chacus”, que formaban parte del sistema de captura. Estas trampas consistían en muros de piedra seca de 1,5 metros de alto y hasta 150 metros de largo. Su forma de “V” servía para dirigir a los animales hasta una fosa central de unos 95 metros cuadrados y 2 metros de profundidad.
Los chacus se orientaban cuesta abajo y aprovechaban las pendientes del terreno para facilitar el encierro de los animales. Este tipo de trampa se había visto en el Oriente Medio, pero nunca en las zonas andinas, lo que sugiere que su uso antecedió a la aparición del Imperio inca.

Cazadores antes de los incas
La investigación reveló que estas comunidades no se habían dedicado únicamente a la agricultura, como se creía hasta ahora. A pesar de que otras regiones ya practicaban el cultivo de plantas y la domesticación de animales hacia el 2.000 a. C., en esta parte del actual Chile se mantuvo la caza como forma de subsistencia.
El análisis satelital abarcó una extensión de 4.600 kilómetros cuadrados. Durante cuatro meses se estudiaron zonas remotas del norte chileno, donde también se detectaron 800 asentamientos, desde pequeños espacios de un metro cuadrado hasta complejos con nueve estructuras.
El arqueólogo Adrián Oyaneder, de la Universidad de Exeter en Inglaterra, lideró el estudio. Utilizó imágenes satelitales, drones y modelado 3D del terreno. También aplicó un software de Sistema de Información Geográfica (SIG) para mapear los asentamientos y vincularlos con las trampas.
La recreación tridimensional del paisaje permitió entender que esta zona fue ocupada de forma estratégica por diversas poblaciones, desde el 6.000 a. C. hasta el siglo XVIII. La prioridad para estos grupos era el acceso a los recursos de caza, en especial la vicuña (Lama vicugna).
