Bajo el hielo de la Antártida, científicos británicos descubrieron un ecosistema microbiano que ha sobrevivido allí al menos 1,5 millones de años sin oxígeno ni luz y se parece mucho a las condiciones que, según la NASA, tiene la superficie del planeta Marte.
Así lo reveló ayer un estudio publicado en la revista Science.
Este hallazgo es considerado extraordinario por toda la comunidad científica internacional por dos razones.
Primero, porque el ecosistema no ha sido alterado por la intervención humana y, al estar intacto, ofrece un registro histórico único de las condiciones antiguas de nuestro planeta. “El ecosistema es una especie de cápsula del tiempo única llegada directamente de otro período de la Tierra”, explicó Jill Mikucki, científica del Dartmouth College, autora del trabajo.
“Este microcosmos puede ser potencialmente el equivalente de la geoquímica y de la bioquímica de la Tierra hace millones de años”, agregó el científico John Priscu.
En segundo lugar, el hallazgo podría cambiar las perspectivas de la investigación de la vida en el Sistema Solar al mostrar que en nuestro propio planeta existen sitios que, según la NASA, son químicamente similares a los que se preveía que existían únicamente en la superficie de Marte y de otros planetas muy helados.
“En este ecosistema de la Antártida las bacterias logran reproducirse a una temperatura de -10 grados Celsius y con una concentración salina en el agua que es cuatro veces superior a la de los océanos”, recalcó Mikucki.
“Como si esto fuera poco, además las bacterias han logrado permanecer allí por miles de millones de años sin oxígeno y sin hacer fotosíntesis”, agregó.
La razón de como logran alimentarse es transformando en nutrimentos componentes de azufre y de hierro.
Esos materiales están atrapados bajo las llamadas Cataratas de Sangre, reconocidas por un color rojizo (teñidas por minerales ricos en hierro) ubicadas en medio de los glaciares del Polo Sur.