
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) declaró oficialmente extinto al zarapito fino (Numenius tenuirostris), una especie migratoria que se distribuía por Europa, el norte de África y Asia Occidental. La confirmación se incluyó en la más reciente actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas, documento que también reportó la extinción de tres especies de marsupiales australianos y varias plantas.
El último registro confirmado de esta ave ocurrió el 25 de febrero de 1995, cuando un ejemplar fue observado en una laguna de marea en la costa atlántica de Marruecos. Desde entonces, aunque surgieron reportes ocasionales, ningún avistamiento fue verificado de manera científica.
Causas de su extinción
Especialistas atribuyeron la desaparición del zarapito fino a la caza desmedida y a la destrucción de hábitats naturales. Durante el invierno, esta ave migraba a la región mediterránea, y en verano se reproducía en la Siberia Occidental.
Los nidos se ubicaban en el suelo y, en cada temporada, el ave ponía hasta 4 huevos, lo cual impedía el crecimiento acelerado de la población. Además, la transformación de sus zonas de reproducción en pastizales para cultivos durante la expansión agrícola en la antigua Unión Soviética afectó directamente su supervivencia.
Durante sus rutas migratorias, la especie fue víctima de cacería en Europa, y luego comercializada en mercados del sur del continente, especialmente en Italia. Algunos museos conservaron ejemplares mediante esta vía.
Una extinción esperada desde hace décadas
A pesar de reportes no confirmados en Europa del Este durante los últimos 30 años, un equipo de investigadores analizó 1.400 registros históricos, incluidas fotografías, descripciones y estudios desde el siglo XIX. Concluyeron que la última evidencia confiable del zarapito fino fue una fotografía tomada en 1995.
Instituciones como la Royal Society for the Protection of Birds, BirdLife International, el Naturalis Biodiversity Center y el Museo de Historia Natural ya habían anticipado la desaparición de esta especie.
Este es el primer caso documentado de la extinción global de un ave que habitaba Europa continental, el norte de África y Asia Occidental.
Otros animales y plantas que desaparecieron
En esta misma actualización, la UICN confirmó la extinción de tres marsupiales australianos:
- Bandicut de Shark Bay (Perameles myosuros)
- Bandicut listado del sudeste (Perameles notina)
- Bandicut barrado de Nullarbor (Perameles papillon)
Estas especies enfrentaron la presión de depredadores introducidos como zorros y gatos salvajes, además de la pérdida de hábitat por el cambio en el uso de la tierra.
También se declaró extinta la Diospyros angulata, planta relacionada con los árboles de ébano que no se ha visto desde el siglo XIX, y la Delissea sinuata, originaria de Hawái.
El informe encendió alertas sobre otras especies en riesgo. Entre ellas, la foca de capuz (Cystophora cristata) y la foca de Groenlandia (Pagophilus groenlandicus), que viven en el Ártico, muestran un deterioro constante por los efectos del cambio climático.
De acuerdo con la UICN, el 61% de las especies de aves a nivel global presenta un descenso poblacional. Esta cifra es considerablemente mayor que la registrada en 2016.
Una excepción positiva: la tortuga verde
En medio de las malas noticias, una especie mejoró su situación. La tortuga verde (Chelonia mydas), que estaba clasificada como “En peligro”, pasó a la categoría de “Preocupación menor”. Su población aumentó un 28% desde la década de 1970, debido a acciones de conservación sostenidas en distintas regiones del mundo.
La UICN concluyó que, a pesar del contexto alarmante, el caso de la tortuga verde demuestra que la coordinación y persistencia en las políticas de conservación puede dar resultados positivos.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
