Mario Aterhortua quería dejar de jugar videojuegos y aprender a hacer los propios, por lo que invirtió sus vacaciones de medio año en un campamento con el fin de desarrollar aplicaciones en teléfonos móviles.
Según el joven de 15 años, la decisión que tomó valió la pena pues su iniciativa, creada en conjunto con Jesús Calvo, resultó ganadora en la categoría de videojuegos en el VI Encuentro de Jóvenes Programadores de Aplicaciones Móviles”, celebrado en la Fundación Omar Dengo.
Esta iniciativa involucró a 90 estudiantes de 14 liceos rurales, técnicos o académicos del país y fue impulsada por el Programa Nacional de Informática Educativa y respaldada por el Ministerio de Educación Pública y la Fundación Omar Dengo (Pronie-MEP-FOD).
Los estudiantes del Liceo Antonio Obando, de Puntarenas, no fueron los únicos premiados. En la categoría de aplicaciones, la joven Mariela Muñoz, del Liceo de Coronado, obtuvo el primer lugar con una app de consejos de salud y belleza para las personas.
Por su parte, Alisson Soto, de 13 años, alcanzó el segundo lugar en la categoría de apps . La alumna del Liceo Manuel Benavides, en Heredia, creó una aplicación para contar las contracciones a la hora del parto.
“Propuse esta aplicación para ayudarle a mi papá (quien es obstetra)”, contó la adolescente.
Mery Pérez, madre de la alumna, expresó satisfacción por el logro de su hija y por la existencia de iniciativas como estas, que brindan a los estudiantes la oportunidad de experimentar.
El tercer lugar fue para las jóvenes de 13 años Laura Cerdas y Grettchel Delgado, de la Unidad Pedagógica La Valencia, en Desamparados, San José, quienes crearon una aplicación para dar vida a un periódico colegial.
Kimberly Calderón, del Colegio Cañón de El Guarco, en Cartago, diseñó una aplicación para identificar las frutas que se cosechan en el país. “Como nos dijeron que deberíamos abordar algún tema que solucionara problemas comunitarios, me pareció importante este, porque la agricultura es la fuente de ingresos de la zona donde yo vivo”, comentó la estudiante de 13 años.
Ana Lourdes Acuña, coordinadora del encuentro de jóvenes programadores, dijo: “Una de las lecciones aprendidas de esta experiencia es que los jóvenes pueden programar y lo pueden hacer sin mucha ayuda”.