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Ya se le conocían sus características como superalimento, pero, cuando se puso el alga sobre el sartén, se supo que esta sabe a tocino y que esa particularidad ayudaría a masificar su consumo entre las personas.
Así lo determinaron científicos de la Universidad Estatal de Oregon (OSU) que investigan, desde hace 15 años, la variedad de alga marina conocida como dulse (Palmaria sp.).
El alga, similar a una lechuga traslúcida de color rojo, crece en las costas del Pacífico y del Atlántico en Estados Unidos.
Los investigadores del Centro de Ciencias Marinas Hatfield, de OSU, empezaron a estudiarla como opción de alimentación para los moluscos abulones (también conocidos como “orejas de mar”).
Al ser alimentados con dulse, los abulones crecieron más rápidamente, pues el alga es fuente de minerales, vitaminas, antioxidantes y proteína.
Esas características de superalimento hicieron pensar a los científicos que poseía un potencial como alimento para seres humanos, explicó el director del proyecto, Chris Langdon, en un comunicado de OSU.
Con ayuda del Centro de Innovación Alimentaria de OSU, los científicos crearon galletas y aderezo para ensaladas. A uno de ellos se le ocurrió freírla, y así se percataron del sabor a tocino.
El proyecto ahora involucra a chefs de Portland, en Oregon, quienes experimentan con este alimento en la cocina.
Por el momento, el alga no se cultiva comercialmente en Estados Unidos con fines de alimentación humana, pero Langdon y su equipo consideran que sí existe una oportunidad de negocio.
