
Un estudio publicado en la revista Nature Plants reveló que las especies arbóreas de la Amazonía experimentaron un crecimiento promedio de 3,2% cada década durante los últimos 30 años.
La investigación fue realizada por cerca de 100 científicos pertenecientes a más de 60 universidades de América del Sur y el Reino Unido.
El análisis se enfocó en zonas intactas de la selva, donde no hubo desmonte, y sugiere que el crecimiento estaría relacionado con el aumento de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera.
El proyecto es considerado el primero de su tipo en analizar cómo los cambios en la concentración de CO₂ alteraron de forma sistemática la estructura de tamaño de las especies amazónicas.
El hallazgo principal muestra que no solo las especies de gran porte crecieron, sino también aquellas más pequeñas, lo que refuerza la hipótesis sobre los efectos uniformes de la fertilización por CO₂ en distintas etapas del ciclo de vida vegetal.
Los investigadores explicaron que este fenómeno refleja la resiliencia de la selva en medio de las amenazas climáticas. Sin embargo, advirtieron que esa resistencia no elimina la preocupación sobre el impacto que el calentamiento global puede provocar a largo plazo en su capacidad de funcionar como sumidero de carbono.
Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que, con el paso del tiempo, las especies más grandes aumentaron su dominancia, lo que implica una mayor eficiencia en la competencia por luz, agua y nutrientes. Esa condición permitiría que las especies dominantes mantuvieran su rol clave en la estabilidad del ecosistema.
Los autoros del artículo subrayaron que, aunque el crecimiento de los árboles es positivo, el desmonte representa una amenaza crítica, porque las especies de mayor tamaño requieren siglos para alcanzar su desarrollo completo.
Según los datos, no basta con plantar nuevos árboles, ya que estos no logran replicar los beneficios ecológicos y climáticos que brindan los ejemplares centenarios de una selva madura.
Los resultados llegan a meses de que Brasil sea sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30). La investigación refuerza el papel fundamental de la Amazonía en los esfuerzos globales para mitigar los efectos del cambio climático, al mantener su función como regulador atmosférico natural.
El estudio también profundiza en cómo la estructura completa del bosque ha cambiado. Investigaciones previas ya habían identificado un aumento en la cantidad total de carbono almacenado. Sin embargo, ahora se demostró que todos los tamaños de árboles incrementaron su masa y volumen.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
