Las autoridades ucranianas manifestaron el sábado su confianza en derrotar "este año" a las tropas rusas, que enfrentan una dura resistencia en el este del país.
Rusia se ve desafiada además por la decisión de Finlandia y Suecia de abandonar su política tradicional de neutralidad para adherir a la OTAN, desoyendo sus advertencias.
El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó en particular que la adhesión de Finlandia "sería un error, ya que no hay ninguna amenaza para la seguridad" de ese país, con el que Rusia comparte una frontera de 1.300 km.
Rusia, que invadió Ucrania el 24 de febrero, concentró en las últimas semanas su ofensiva en el este, tras replegarse de la zona de Kiev y del norte.
Los combates arrecian en las regiones de Lugansk y Donetsk, ambas en la cuenca minera del Donbás, controlada parcialmente desde 2014 por separatistas prorrusos.
El Estado Mayor ucraniano aseguró haber repelido diez ataques en esas dos regiones en las últimas 24 horas.
Según un responsable estadounidense de Defensa, que pidió el anonimato, las tropas rusas no logran "conquistas significativas". "La artillería ucraniana contrarresta los esfuerzos rusos para ganar terreno", agregó.
El jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budanov, entrevé incluso una derrota de las tropas rusas.
La victoria ucraniana "no será fácil", pero habrá "un punto de inflexión en agosto" y estará "concluida antes de fin de año", dijo Budanov en declaraciones a la televisión británica Sky News.
Putin ordenó invadir Ucrania para derrocar al gobierno que definió como "neonazi" e impedir una eventual ampliación de la OTAN hacia el este.
Pero la operación militar desató temores en otros países y llevó a Finlandia y Suecia a plantearse ingresar en esa alianza militar transatlántica, liderada por Estados Unidos.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN discuten este sábado el tema en Berlín, un día antes de que Finlandia oficialice su candidatura.
El presidente finlandés, Sauli Niinistö, informó por teléfono de sus intenciones a Putin. "La conversación fue directa y sin rodeos y se llevó a cabo sin problemas. Evitar las tensiones fue considerado algo importante", afirmó Ninistö.
Rusia amenazó el jueves con responder con medidas "técnico-militares", sin precisar cuáles, contra los dos países escandinavos.
El viernes, Rusia suspendió sus entregas de electricidad a Finlandia, que suponen cerca del 10% del consumo del país nórdico, alegando facturas impagas.
El Ministerio ucraniano de Defensa contabilizó treinta bombardeos en 24 horas en la zona de Lugansk y dijo que la situación era difícil "a lo largo de toda la línea del frente" en Donetsk.
Las tropas rusas intentan desde hace tres semanas cruzar el río Donets que discurre al norte del pueblo de Bilogorivka (cerca de Severodonetsk).
En la aldea, casi desierta, varios edificios siguen ardiendo, en las carreteras se ve gran cantidad de material militar abandonado y en las inmediaciones se oyen disparos de artillería, indicaron reporteros de la AFP.
Desde el inicio de la invasión rusa, miles de personas han muerto y unas 14 millones (en un país de 37 millones de habitantes) tuvieron que abandonar sus hogares.
Un poco más de 6 millones de ellos huyeron al extranjero, principalmente por la frontera con Polonia, un país miembro de la OTAN y de la Unión Europea (UE).
Las victorias rusas desde el inicio de la invasión se limitan a la ciudad meridional de Jersón y a la conquista casi total de Mariúpol (sureste), a orillas del mar de Azov.
En el noreste, las tropas ucranianas aseguran que están recuperando terreno alrededor de Járkov, la segunda ciudad del país.
"La liberación progresiva de la región de Járkov demuestra que no dejaremos a nadie en manos del enemigo", dijo el viernes el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Kiev dice que lanzó una "contraofensiva" en la región de Izium (al sureste de Járkov), un "punto caliente" del que "el enemigo se está retirando".
"Nuestras fuerzas armadas están haciendo retroceder al enemigo y la gente está empezando a regresar a sus hogares", afirmó el gobernador de la provincia, Oleg Synegubov.
La situación es más compleja en Mariúpol, donde un millar de combatientes resisten en los túneles de la acería Azovstal.
La Unión Europea (UE) anunció el viernes un nuevo paquete de asistencia militar de 500 millones de euros (unos 520 millones de dólares) para Kiev, lo que eleva el total entregado a 2.000 millones de euros.
Sin embargo, los 27 miembros del bloque no logran ponerse de acuerdo para cortar la importación de petróleo ruso. Hungría, en particular, pide más garantías debido a su alta dependencia del crudo ruso.
El tema energético se discutió también durante una reunión de tres días de los ministros de Exteriores del G7 de las mayores potencias industrializadas (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido).
En un comunicado, el G7 manifestó su voluntad de "acelerar los esfuerzos" para "poner fin a la dependencia de la energía rusa".
El G7 también aseguró que "no reconocerá nunca" las fronteras que Rusia quiere imponer en Ucrania e instó a Bielorrusia, aliada de Moscú, a "dejar de facilitar la intervención de Rusia".
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