Washington. El Republicano Kevin McCarthy resultó electo este sábado en la madrugada como presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, después de cuatro días, 15 votaciones y una dura disputa contra compañeros del partido conservador.
Tras varias discusiones, el grupo rebelde compuesto por seguidores del expresidente Donald Trump, cedió y permitió la designación por mayoría simple con al menos 218 votos, del californiano de 57 años. Con su elección concluye una extensa jornada inédita en más de 160 años, que anuncia agitados debates y tensión en el Congreso estadounidense durante los próximos dos años.
“Es tiempo de gobernar responsablemente y asegurar que ponemos los intereses de las familias estadounidenses primero”, indicó tras la elección el presidente Joe Biden, quien afirmó estar preparado para trabajar con los republicanos.
Bastaron 14 rondas de votación para que cedieran e inmediatamente después de que se conoció la noticia de la votación que lo hizo ganador, McCarthy se acercó al grupo de trumpistas rebeldes y se intercambiaron señales acusadoras con el dedo, mientras la secretaria del Congreso pedía calma.
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Durante toda la semana, ese grupo de representantes conservadores que acusaban a McCarthy de haberse apegado a los intereses del poder establecido, aprovecharon la justa mayoría republicana en la Cámara, obtenida en las elecciones de medio mandato de noviembre, para bloquear la designación.
Los integrantes no redujeron la presión hasta obtener garantías significativas, entre ellas la aplicación de un procedimiento para facilitar la destitución del presidente de la Cámara. Finalmente elegido, McCarthy reemplaza a la demócrata Nancy Pelosi en el cargo de “speaker” o presidente, aunque sale debilitado de este proceso que le conllevará probablemente un mandato muy difícil.
“Tenemos que volver a encarrilar a Estados Unidos”, dijo McCarthy antes de prestar juramento.
Propuestas en próximos meses
En el menú de los próximos meses figuran las negociaciones para elevar el límite de la deuda pública estadounidense, la financiación del Estado Federal y, probablemente, el desbloqueo de ayudas suplementarias para Ucrania.
En el poder de la Cámara de Representantes, los republicanos prometieron lanzar una serie de investigaciones sobre la gestión de Biden de la pandemia o de la retirada de Afganistán.
“Es tiempo de ejercer un control sobre la política del presidente”, enfatizó el nuevo mandatario.
Sin control de ambas cámaras, a diferencia de lo ocurrido tras su investidura en 2021, Biden no puede aspirar a aprobar grandes leyes. Pero con el Senado en manos demócratas, los republicanos tampoco.
A lo largo de este proceso de designación, el partido de Biden denunció el dominio de trumpistas --muchos de los cuales aún se niegan a reconocer su derrota en 2020-- en el Partido Republicano, dos años después del asalto al Capitolio.
Los disturbios dejaron al menos cinco muertos y 140 oficiales de policía heridos. Unas 900 personas fueron detenidas en conexión con el violento alboroto que repercutió a lo largo del país y en todo el mundo.

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La elección del presidente se hizo interminable por momentos, con maratónicas sesiones de negociación en los pasillos del Capitolio y un puñado de periodistas captando cada declaración de los representantes en contra.
La última vez que una elección duró tanto tiempo fue en 1856, cuando se llegó a un acuerdo tras dos meses y 133 votaciones.
Sin el dirigente de la Cámara la tercera figura política más importante de Estados Unidos después del presidente y el vicepresidente, los representantes no podían asumir sus cargos y en consecuencia tampoco votar proyectos de ley.
El enfado era palpable entre los miembros del Grand Old Party, como se denomina al Partido Republicano, que apoyaban mayoritariamente la candidatura de McCarthy, lo que dio lugar a encendidos debates.
Muchos abandonaron el recinto en protesta por el discurso de Matt Gaetz, uno de los representantes electos que encabezan la rebelión.