Por diversas razones, muchas personas, al menos en nuestro país, tienen ideas preconcebidas y algunos conceptos no muy claros sobre qué es y cómo funciona el Mercado Bursátil. Algunos de ellos pueden parecer básicos, pero el no comprenderlos puede provocar que los inversionistas se cierren a opciones más allá de los instrumentos tradicionales de inversión, como son los certificados de depósito a plazo o los certificados de inversión, sacrificando así la diversificación y en algunos casos la rentabilidad.
El primero de ellos se refiere a la accesibilidad para los ahorrantes, ya que se tiene la percepción de que es un mercado para inversionistas de alto poder adquisitivo, al cual solo se puede acceder con montos elevados. No obstante, existen alternativas de inversión en instrumentos cuyo monto mínimo es relativamente bajo y, por tanto, bastante accesible. Un ejemplo de ello son los fondos de inversión, que permiten precisamente, la unión de recursos de muchos inversionistas para ser colocados en esquemas previamente definidos y totalmente regulados, cuyos créditos son distribuidos equitativamente según el aporte de cada uno.
Es importante la diferencia que tienen los puestos de bolsa, que son intermediarios bursátiles, con respecto a los intermediarios financieros, tales como bancos o financieras, considerando que el marco de actividad de ambos tiende a confundirse. Los inversionistas colocan su dinero a través de los intermediarios bursátiles y no en ellos, a diferencia de como sí lo hacen en los financieros. Los puestos de bolsa no captan recursos para sí, dado que lo que hacen es canalizar el ahorro de los inversionistas hacia diferentes instrumentos emitidos por otras entidades.
El papel que juegan los corredores de bolsa y los asesores de inversión es el de ayudar a alcanzar los objetivos que se tienen al invertir, evaluando las posibilidades y los riesgos asociados. Al igual que un médico hace un diagnóstico para definir el tratamiento a seguir por cada paciente, estos especialistas definen y evalúan junto con el cliente diversos aspectos. Factores como la edad, la etapa productiva y laboral, el horizonte de inversión, las necesidades y el perfil de riesgo determinan la recomendación que más se ajusta a cada persona. A la luz de este análisis vemos que no existen inversiones buenas o malas, tampoco existe una única mejor inversión. Lo que es bueno para un inversionista puede no serlo para otro, de ahí la importancia de buscar la asesoría de un especialista. Se cree que la bolsa es un mercado especulativo y de alto riesgo, cuando en realidad existe todo un abanico de opciones para cada perfil de riesgo, ya sea conservador, balanceado o dinámico, tanto en el mercado local como en el mercado internacional.
En nuestro enfoque hemos llegado a reconocer y considerar que el patrimonio no se compone únicamente de los activos financieros. Es por esto por lo que la asesoría debe brindarse en forma integral, considerando otros factores que pueden afectarlo; aspectos impositivos, contables, de protección y de transmisión generacional deben ser incorporados para un adecuado manejo de este, buscando la mejor gestión y acompañamiento posible.