La palabra íntegro significa: “que posee cada una de sus partes; que tiene probidad”. Esta es quizás la cualidad que tiene a Bernie Sanders como líder provisional en la carrera por quedarse con la candidatura presidencial del Partido Demócrata. ‘Bern’ lleva más de 40 años luchando las mismas luchas. Es un político íntegro -con sus propias ideas, con sus propios compromisos- en la era de los Donald Trump, pero tiene una desventaja: se autoproclama como socialista democrático. Olviden el ‘democrático’. Sus detractores lo atacan por socialista. Lo tachan de comunista. La Guerra Fría, en este plano, sigue viva. Vive a través de la fobia a la extinta Unión Soviética y a los modelos comunistas actuales.
En este Explicador exploramos cómo es el socialismo de Bernie Sanders, un candidato con aspiraciones similares a las de Franklin Delano Roosevelt, en los años 1940s. ¿Si en noviembre la lucha es Trump contra Sanders, los demócratas tienen chances de ganar?
El socialismo de Bernie
Para bien o para mal, Bernie Sanders, senador independiente de 78 años de Vermont, se autodefine como socialista democrático. Lleva más de 40 años de definirse así. Y de luchar en consecuencia. En el 2020, al parecer, su lucha ha dado los mejores frutos: ya ganó tres de cuatro elecciones primarias para conocer al candidato presidencial del partido democrático.
Antes de conocer sus propuestas, examinemos este glosario:
Socialismo: sistema de organización social y económica basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y distribución de los bienes (el pueblo es quien los administra).
Socialdemocracia: sistema económico y político a favor de una transición pacífica de la economía capitalista de mercado hacia el socialismo por medio de los canales políticos de las democracias liberales (reformas legislativas).
(Ya que estamos en esto y por si acaso) Capitalismo: sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en la libertad de mercado.
Pero bueno, ya. Pasemos a explorar las promesas políticas del programa de Bernie Sanders. En menor o mayor medida, Bernie está casado con el segundo término: transicionar aspectos del modelo capitalista estadounidense a un modelo más socialista, donde el Estado controle y reparta servicios de forma más equitativa.
La prioridad de Bernie Sanders: el seguro médico público
--Promete meter su plan Medicare For All (seguro médico para todos) en sus primeras semanas de gobierno. Se trata de un programa nacional dirigido por el gobierno y accesible para todos los ciudadanos. Sanders busca, grosso modo, sustituir los seguros privados por uno público de mucha mayor calidad que los actuales.
Asegura que le tomará cuatro años meter a todos los estadounidenses dentro de su plan, pero todas las personas mayores de 55 años lograrían entrar en el primer año.
Su programa incluiría de inmediato a todos los menores de 18 años, incorporaría los servicios dentales y de visión, y garantizaría que la mayoría de adultos puedan adquirir el servicio por sus propios medios (con precios accesibles).
El plan de salud pública prevé cubrir a la vez los derechos reproductivos, incluido el aborto.
Actualmente, la atención médica en Estados Unidos (EE.UU.) es una de las más caras del mundo. El seguro médico público solo cubre la mitad de los ciudadanos y su oferta de servicios es limitada, lo que obliga a millones de personas a buscar atención en el sector privado. Los seguros privados cubren ciertos gastos a partir de deducibles que suelen ser muy elevados. A diferencia de otros países, los precios por procedimientos de salud son negociados por las compañías de seguro privadas y pueden cuadruplicar los costos del seguro público.
Casi todos los procedimientos médicos cuestan más en EE.UU. que en cualquier otro país del mundo. Una operación de apendicitis, por ejemplo, puede salir en más de $30.000. Para más info sobre el tema, click aquí.
Otras promesas de la campaña de Bernie
Economía
--Crear un nuevo impuesto para los multimillonarios y para las grandes empresas (actualmente Amazon, Apple, Facebook y Google pagan pocos impuestos). Esto ayudaría financiar otras propuestas, como Medicare For All.
--Hacer que los trabajadores tengan hasta el 20% de acciones de las compañías para las que trabajan.
--Establecer un salario mínimo en $15 por hora.
Educación
--Crear matrículas gratuitas por cuatro años para las universidades públicas (actualmente el sistema universitario en EE.UU. es ca-rí-si-mo, y los estudiantes y padres de familia se endeudan por lustros o décadas para financiarlo).
--Mejorar el salario de maestros.
--Prohibir las escuelas y colegios privados con fines de lucro.
--Garantizar desayunos, meriendas y almuerzos gratis todo el año para los estudiantes.
Justicia social
--Firmar una Equality Act, o ley de igualdad. Este plan prohibiría la discriminación contra la comunidad LGBTIQ+ en cuanto a oportunidades laborales, compra y renta de hogares, educación y uso de espacios públicos.
Marihuana
--Legalizar la marihuana por la vía del Poder Ejecutivo durante sus primeros 100 días (11 estados y Washington DC han legalizado esta droga para uso recreacional, pero sigue siendo ilegal en el país). Sanders piensa que este puede ser un paso importante en la ‘guerra contra las drogas’ (así les ha ido a Canadá y Uruguay en el asunto).
Ecología
--Firmar un Green New Deal; un programa ecológico para transformar todas las energías del país a energías renovables (como ocurre en Costa Rica :D ). Sanders apunta a lograrlo en 10 años, iniciando el plan durante su gobierno. Actualmente, casi la mitad de la energía eléctrica de Estados Unidos se produce con petróleo.
(Ojo: los carros y buses y motos eléctricas son una real solución a la contaminación por transporte ÚNICAMENTE si la matriz energética proviene de fuentes renovables)
Migración
--Descriminalizar el cruce ilegal de inmigrantes por las fronteras.
--Abolir el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
--Crear una vía para conseguir la ciudadanía para todos los inmigrantes indocumentados; detener la construcción del muro de Trump.
Algunas de estas ideas han sido criticadas y señaladas como populistas (que buscan ganarse la simpatía del pueblo a través de la oposición dualista “pueblo” vs. “élite”, o bien que le dicen al pueblo lo que se piensa que este quiere escuchar). El profesor de la Universidad de Georgetown, Michael Kazin, quien escribe sobre la historia del Partido Demócrata, considera en esta publicación que tanto Sanders como Donald Trump -y como muchos otros políticos- recurren en ocasiones al polulismo para seducir a sus seguidores. Puede haber populismo de derecha, centro o izquierda.
De Escandinavia para el mundo
Muchos de los programas de Sanders son vistos como reformas radicales por los estadounidenses conservadores. Tiene lógica que así lo sea, porque Sanders lleva 40 años hablando de “hacer una revolución”. Pero sus ideas no son inventos suyos. Son realidades que funcionan en otros países.
Si has revisado índices democráticos, de felicidad (whatever that means), de PIB por habitante, de desarrollo humano, esperanza de vida, mortalidad infantil, distribución de la riqueza, igualdad de género, reducción de la pobreza, etc.; habrás notado que hay una región del mundo cuyos países siempre aparecen en los top 10 de esas tablas: Escandinavia.
Suecia, Finlandia, Noruega, Islandia y Dinamarca son países que cuentan con muchos programas sociales del Estado para mejorar la educación y salud pública, para generar empleos, para mejorar el transporte público. Estos se financian mayormente por altísimas cargas tributarias al sector privado. Además, los trabajadores del sector público y privado tienen mucho poder para negociar sus beneficios y sus remuneraciones. Pero la economía en estos cinco países es liberal.
Muchas de las políticas de bienestar de Escandinavia son señaladas como socialistas, y tienen componentes socialistas, pero, por ejemplo, en Suecia, Dinamarca y Finlandia no hay un salario mínimo per se, sino que este se negocia por sectores entre las partes.
La relación gasto público / producto interno bruto es positiva: el alto gasto del Estado no es mayor al dinero que genera el país, así que la economía avanza.
Se les cobra un alto impuesto a las empresas (personas jurídicas) y a las personas físicas, pero a cambio se les da servicios de primera de salud, educación y seguridad.
La salud y la educación pública tienen copagos; no es siempre 100% gratuita, pero los salarios y el nivel de vida de los habitantes son elevados. Las familias pueden costear sus gastos y necesidades.
En Google, si buscás sobre el socialismo en estos países, encontrarás muchos artículos de académicos tratando de demostrar que el éxito de Escandinavia no es porque sean socialistas al 100%, sino que también tienen estructuras liberales, a la derecha del espectro político económico.
Lo cierto es que estos cinco países tienen un mix saludable de modelos políticos. El Estado controla y garantiza que los servicios esenciales sean alta calidad gracias a una recaudación de impuestos más socialista que otra cosa; pero el país se mueve local e internacionalmente en las aguas del libre mercado y la democracia. No son gobiernos autoritarios.
Estas son las jefas de gobierno de los países escandinavos (4 de 5 son mujeres):
Finlandia: Sanna Marin (34 años), Partido Socialdemócrata (centro izquierda) - ella es la primera ministra y jefa de gobierno; el presidente solo tiene poderes residuales en Finlandia - Sanna es, además, la jefa de gobierno más joven del mundo
Noruega: Erna Solberg (59 años), Partido Conservador (centro derecha) - Noruega es una monarquía constitucional
Suecia: Stefan Löfven (61 años), Partido Socialdemócrata (centro izquierda) - Suecia es una monarquía constitucional
Dinamarca: Mette Frederiksen (42 años), Partido Socialdemócrata (centro izquierda) - Dinamarca es una monarquía constitucional
Islandia: Katrín Jakobsdóttir (44 años), Partido Verde de Izquierda (centro izquierda / izquierda) - ella es la primera ministra y jefa de gobierno; el presidente solo tiene poderes ceremoniales en Islandia
Fobia al socialismo + Delano Roosevelt
Bernie Sanders no pretende convertir a Estados Unidos en la extinta Unión Soviética. Y tampoco busca que Washington DC sea como La Habana o como Pionyang. Pero sus detractores buscan convencer de que algo así es lo que cocina ‘Bern’.
La Guerra Fría, la propaganda política y la cultura popular han aumentado la fobia que pueden sentir muchos estadounidenses por el comunismo y el socialismo.
Es verdad que naciones con modelos comunistas y/o totalmente socialistas, han fracasado hondamente en materia de libertades públicas, derechos humanos y distribución de la riqueza. Modelos como Cuba o Corea del Norte son, probablemente, los ejemplos más próximos a estados meramente socialistas, siendo Cuba más abierta al mundo y un punto de convergencia de millones de turistas cada año.
Venezuela y Nicaragua también pueden entrar en la ecuación como países con gobiernos que emanan de partidos tradicionalmente socialistas y con ideas comunistas, aunque en los últimos 20 años Caracas y Managua han dependido fuertemente del comercio internacional y de Washington DC.
Lo que estos cuatro países tienen en común es el autoritarismo y el odio por la libertad de expresión, la libertad de pensamiento y la alternancia política.
Millones de estadounidenses que temen y odian las políticas cubanas, venezolanas, nicaragüenses y norcoreanas; y que ligan de alguna forma a Bernie Sanders con ellas, repudian al candidato de 78 años y no votarán por él como precandidato presidencial ni como candidato presidencial (si llega a serlo).
Pero Bernie Sanders no busca convertir a Estados Unidos en un modelo similar a esos. Y, de hecho, no podría hacerlo ni aunque quisiera, porque EE. UU. es una democracia robusta con separación de poderes.
Si tienen tiempo y saben inglés, les recomiendo mucho esta entrevista en el New Yorker con Michael Kazin, profesor de la Universidad de Georgetown quien escribe sobre la historia del Partido Demócrata. El entrevistado y el periodista Isaac Chotiner discuten sobre cuán socialista es Bernie Sanders, y comparan sus propuestas con las políticas y posturas de Franklin Delano Roosevelt, considerado por muchos como uno de los tres presidentes más importantes y queridos de EE.UU., junto con George Washington y Abraham Lincoln.
Ojito final: arriba dijimos que Sanders es un político íntegro porque prácticamente no ha cambiado de posturas ni discursos ni pensamientos políticos en toda su carrera.
Nos referimos a que, por ejemplo, Michael Bloomberg es un demócrata que se hizo republicano y se hizo independiente, y se hizo demócrata de nuevo. Y Donald Trump es un demócrata que se hizo republicano para ganar la presidencia (incluso era amigo de Hillary Clinton antes de llamarla ‘loca’).
Elizabeth Warren, colega de Sanders en la búsqueda por la candidatura presidencial demócrata, se ha hecho llamar capitalista, pero comparte propuestas de Sanders que son catalogadas como socialistas, como por ejemplo el impuesto a los multimillonarios.
Listo. Bye. Cuídense y no se saluden de beso ni abrazo para evitar cualquier tipo de contagio de coronavirus.