Un día después de que Liga Deportiva Alajuelense sacó un triunfo (0-2) aguerrido en Jicaral, bajo un aguacero y una cancha en la que en los últimos minutos la pelota se quedaba pegada en los pozos, me encontraba con dos amigos y le preguntamos a un seguidor rojinegro que nos pasó por el frente si estaba ilusionado al ver a su equipo líder tras la primera vuelta.
“No, la Liga ni siquiera va a clasificar, es lo mismo de los últimos años”, respondió de forma enérgica y con cara de pocos amigos.
Optimista no está, evidentemente. Y sus razones tiene. Me quedé pensando en esa reacción tan particular y llegué a una conclusión.
Mi hipótesis es que quizás muchos manudos, al igual que él, también se refugian en esa postura como un mecanismo de autoprotección para evitar ilusionarse en vano y no llevarse un golpe duro al final de este Apertura 2019, si el cetro no queda en manos erizas.
En parte, esa forma de tratar de evitar una nueva decepción es una clara secuela de la sequía que arrastra Alajuelense, con 11 torneos cortos de no salir campeón.
Pero la realidad es que ni él, ni usted, ni yo tenemos una bolita de cristal para saber en realidad qué pasará en diciembre, cuando termine este certamen.
Tampoco es motivo para que se opaque el fervor liguista, porque basta con ver fecha a fecha cómo están las gradas de los diferentes escenarios donde actúa Alajuelense.
Eso evidencia la postura de otros aficionados, que van al estadio a apoyar y que son testigos en primera fila de lo que hace o no hace el equipo y que siempre están ahí.
Con frecuencia, muchos manudos postean en redes sociales frases cortas como: “No me quiero ilusionar", o un poco más extensas, así: "No me quiero ilusionar, no me quiero ilusionar, no me quiero ilusionar, pero ya me ilusioné”.
Quizás, alguno de esos dos casos sea el suyo.
Algunas personas insisten en que el fútbol es solo fútbol, pero en realidad, eso depende de la percepción de cada quien.
Y en lo particular sé que para buena parte de los aficionados rojinegros, el equipo de sus amores significa más de lo que cualquiera se imaginaría.
Eso lo constaté al realizar una serie de entrevistas para el documental ‘Alajuelense: 100 años de ser El Equipo de Su Gente’.
“Es un fenómeno completo porque solo el que es liguista sabe lo que representa en su vida. Yo lo veo como un estilo de vida, yo hablo todos los días de la Liga, todos los días tengo que hablar algo de la Liga. Uno está en chats ahora que está el WhatsApp y las redes sociales, es imposible no hablar de la Liga”, expresó el aficionado Will Linarte cuando respondía una serie de consultas ante la cámara.
Xiomara Alfaro también encontraba una respuesta para explicar por qué es que después de estos años sin títulos y una serie de decepciones, Alajuelense nunca juega con las gradas vacías, en casa, ni como visita.
"Es que es la Liga, no es que es cualquier equipo y es eso lo que la Liga ocasiona y no importa. Este año es increíble la cantidad de gente que ha asistido al estadio y llevamos ya una racha que venimos arrastrando, pero es increíble que la gente siempre, siempre, está ahí”, citó Alfaro.
Roberto Moya también dijo que Alajuelense es un estilo de vida para un liguista, como sucede en su caso particular.
“Es el equipo de su gente, la gente está siempre, la gente no está por un campeonato, porque un campeonato lo podemos ganar en cualquier momento, aunque por supuesto es algo que añoramos deportivamente. El campeonato va a llegar en cualquier momento y el apoyo al equipo, generar esa identidad, vivir esta pasión como lo hacemos todos nosotros eso se hace día con día, partido con partido, indiferentemente que estemos jugando con un equipo que está peleando el descenso o con un equipo internacional, nosotros estamos por la Liga”, indicó Moya.
Actualmente, la Liga tiene 26 puntos en 11 juegos y cierra la primera vuelta como el equipo con más victorias, también es el club con más goles a favor y uno de los que presenta menor promedio de anotaciones encajadas.

Con Andrés Carevic los rojinegros comenzaron a implementar una idea de juego. Han hecho partidos buenos, algunos regulares y otros malos, pero los resultados los acompañan: tienen ocho victorias, dos empates y una derrota, con un rendimiento del 78,78%.
No es una Liga arrolladora, ni ha desarrollado su máximo potencial, pero hoy por hoy marcha en la cima del torneo y de todos los equipos, es el que ha dejado menos dudas, algo impensado por quienes se quejaban del nombramiento de Carevic en mayo, cuando ni siquiera le daban el beneficio de la duda.
Un día antes de que el técnico de la Liga llegara al país para iniciar funciones, escribí una entrada en este blog titulada: ‘Andrés Carevic y los 100 años de Alajuelense’, que si no la leyó, le extiendo la invitación para que lo haga ahora mediante este enlace.
Básicamente, lo que analicé hace cuatro meses es que llegar al fútbol tico sin ser conocido no es ningún pecado, porque si no, nunca habrían pasado por aquí Valdeir Badú Vieira, Carlos Linaris, Marcelo Hugo Herrera, Guilherme Farinha, Manuel Keosseian, Juan Luis Hernández, Iván Mraz, Millan Kollar y Joseph Bouska.
También es cierto que otros desconocidos aparecen y se van sin trascender, o está el caso de quien llega hasta con el Real Madrid en su currículo y tampoco funciona, como Benito Floro.
En aquel momento había escrito acá que solo el tiempo, el trabajo y los resultados dirán si Agustín Lleida acertó o falló con la apuesta por Carevic. Es cierto que aún es temprano para sacar conclusiones, pero quienes pronosticaron que el argentino duraría unos cinco partidos como máximo en la Liga, se equivocaron.

Sé que muchos aún tienen sus dudas con respecto al técnico, por algunos movimientos, por la insistencia inicial de jugar con un solo centrodelantero durante varios partidos, por perder el clásico en Alajuela, por implementar un sistema de rotaciones que hizo que la Liga no repitiera un once estelar en ninguno de los partidos de la primera vuelta y por decir constantemente que se enfoca más en el día a día de sus hombres que en estudiar a fondo al rival.
Pero volvemos a lo mismo, esas dudas en parte son por el cero margen de error con el que juega el equipo centenario, porque un paso en falso desata un gran alboroto alrededor de la Liga. Y eso es lo que heredó Carevic: un equipo hambriento de un título.
Un equipo que después de la salida de Óscar Ramírez y antes de la llegada de Carevic ha visto desfilar a Hernán Torres, Javier Delgado, José Giacone, Wílmer López (interino por un juego), Guilherme Farinha, Benito Floro, Wílmer López, Nicolás dos Santos, Luis Diego Arnáez, Cristian Oviedo (interino por un juego) y Hernán Torres.
Carevic tiene algo a favor y es que quienes sí creen en él son los jugadores, porque los resultados son los que marcan el eje central de un equipo y los que abonan la confianza.
Ya decía Jonathan McDonald que no recordaba desde hace cuánto tiempo la Liga no se veía como un equipo sólido en la cima.
¿Están ilusionados? “Ilusionados no sé si es la palabra, pero sí siento que hemos mejorado muchísimo porque hemos trabajado para ello y cuando usted trabaja y está motivado, ama lo que hace, creo que los resultados van a llegar”, contestó Kenner Gutiérrez.
La respuesta del capitán rojinegro refleja el sentir del grupo y aprovechó para enviarle un mensaje a esa afición, que pese a todos estos años sin sentir la alegría de festejar un título, demuestra que su amor por Alajuelense va más allá de las copas, porque acuden al Morera Soto y acompañan al equipo a todas partes.

“Como hasta el día de hoy lo han hecho, que nos sigan apoyando, que el apoyo ha sido trascendental para estar donde estamos y tener los pies sobre la tierra, es fútbol, un día estás arriba, un día estás abajo, lo que buscamos nosotros y el cuerpo técnico es tener una constancia, tener un equilibrio y seguir sumando de a tres, que al final es lo que importa”, citó Gutiérrez.
Alajuelense empezará la segunda vuelta del torneo este viernes, a las 8 p. m., en el Morera Soto, contra Guadalupe.
Esta entrada en el Blog Actualidad Rojinegra la termino al igual que aquella previo al inicio de la era de Carevic, diciendo que quizás el técnico manudo se vaya pronto —aunque hoy parece muy difícil porque los resultados lo avalan—, o que puede ser uno de esos extranjeros que llegan al país para quedarse por mucho tiempo en el fútbol nacional, porque ni usted ni yo sabemos qué va a pasar.
