Cuando Liga Deportiva Alajuelense oficializó el nombre de Andrés Carevic como el técnico que estará a cargo del equipo durante su centenario se dispararon las críticas.
Fue muy cercano al momento en el que el equipo sumó otro fracaso, al no superar la fase clasificatoria de un campeonato que ganó San Carlos sin necesidad de final, bajo las órdenes de Luis Marín.
La dirigencia acababa de destituir a Javier Delgado para nombrar a Agustín Lleida como el nuevo gerente deportivo y Hernán Torres tenía pocas horas de haber comunicado su decisión de no volver.
Entre los aficionados imperaba el desánimo, la frustración y el enojo, sentimientos provocados por el martirio de ver que una vez más la Liga pifió en su intento de alcanzar su estrella 30 en el fútbol nacional.
Los niveles de tolerancia llegaron a su punto máximo en el liguismo y muchos aún están seriamente peleados con el club, mientras que otros ya ven de reojo en el calendario cuánto falta para que se inicie el próximo torneo.
Y en medio de los ánimos caldeados entre los aficionados, los reproches y los deseos de que rodaran cabezas para encontrar culpables, la Junta Directiva aprueba la elección de Andrés Carevic como el nuevo estratega.
Un hombre al que se le señaló de forma directa por ser un completo desconocido, tanto en Costa Rica, como en México, es quien asume la brasa de un equipo acostumbrado a ser ganador, pero golpeado por arrastrar once torneos cortos de no ser campeón y con el gran peso del centenario a cuestas.
En la era de la chota, de las burlas y los memes, los seguidores de otros clubes afirman que el centenario como tal ha sido un desastre por el mal momento deportivo, porque a la Liga nada le sale a pesar de haber hecho intentos por resurgir, y el estancamiento en cuanto a títulos, que también corresponde a sequías propias del fútbol nacional y por las que también han pasado Saprissa y Herediano, los otros equipos tradicionales.
La realidad es que si la Liga desapareciera hoy, su historia se acabaría en 99 años y once meses.
Alajuelense cumplirá sus 100 años el 18 de junio. Falta poco para ese día, pero hay algo cierto y es que ni a usted, ni a mí, ni a nadie, le cantan cumpleaños antes del día en el que nació.
Pero volviendo a Carevic, era uno de los integrantes del cuerpo de entrenadores del Grupo Pachuca y desde 2014 trabajó con las ligas menores de los tuzos.
Usted que es aficionado de la Liga, ¿sabe en este momento cómo se llaman todos los técnicos que dirigen a la cantera rojinegra?
A nivel de medios de comunicación no se habla de la U-15 a cargo de Kenneth Barrantes, de la U-17 que tiene como entrenador al español Sergi Runge, ni del alto rendimiento que está en manos del mexicano Paco Cortés.
Si eso pasa con ellos, mucho menos trascienden los nombres de los entrenadores que dirigen a los equipos de los más cachorritos. Y si lo piensa bien, debería de interesarse en cómo andan esas promesas proyectadas a ser el futuro cercano.
Si eso ocurre en Costa Rica, en México es lo mismo. La prensa que cubre a Pachuca se enfoca en el primer equipo, no en sus fuerzas básicas y, por ende, Carevic es un desconocido.
De las ligas menores de los tuzos, el nuevo técnico de los rojinegros fue asistente de Puebla en la primera división y más recientemente fue el director técnico del CD Mineros en Zacatecas.
Así que la Liga en sí no será su primera experiencia en el banquillo, como sucedió, por ejemplo, con el uruguayo Nicolás dos Santos, quien llegó como preparador físico y quedó a cargo del equipo.
Carevic llegará a Costa Rica este jueves. Durante este tiempo, estuvo en busca de la documentación para tramitar el permiso de trabajo y ser inscrito ante la Unafut, también se mantuvo en comunicación constante con el gerente deportivo Agustín Lleida y tiene bien estudiados a los jugadores que serán sus pupilos.
Llegar al fútbol tico sin ser conocido no es ningún pecado. Que lo diga el brasileño Valdeir Badú Vieira cuando asumió a Alajuelense, o Carlos Linaris en Saprissa.
O Marcelo Hugo Herrera cuando llegó por primera vez al país y le tocó formar un proceso en Alajuelense.
Inclusive, aunque tenían un buen currículo, cuando aparecieron en el país el portugués Guilherme Farinha y el uruguayo Manuel Keosseian, prácticamente nadie sabía nada de ellos.
Juan Luis Hernández es un ejemplo más, porque cuando llegó a San Ramón no había dirigido mucho y es un personaje que dio de qué hablar en varios clubes.
A esa lista de “extraños” se unen Iván Mraz, Millan Kollar y Joseph Bouska. Otros desconocidos aparecen y se van sin trascender, o también está el caso de quien llega hasta con el Real Madrid en su currículo y tampoco funciona, como Benito Floro.
Solo el tiempo, el trabajo y los resultados dirán si Lleida acertó o falló con la apuesta por Carevic, que ni siquiera ha llegado al país y muchos lo quieren fuera desde el pasado 6 de mayo, cuando se dio a conocer que era el nuevo manejador de la Liga tras la renuncia del colombiano Hernán Torres.
Quizás se vaya pronto, pero puede ser uno de esos extranjeros que llega al país para quedarse por mucho tiempo... Ni usted ni yo lo sabemos.