Continúan las preocupaciones sobre el ritmo de crecimiento de la producción a nivel mundial. Europa está oficialmente en recesión, ya que lleva más de 6 meses con crecimiento negativo. En Estados Unidos el desempleo no baja y su producción crece poco. China, el gran ejemplo de dinamismo mundial, ya muestra signos de mermar su ritmo. Y Costa Rica ya se está quedando atrás, como los demás, con un indicador de actividad económica (IMAE) que decrece durante el segundo trimestre de este año.
Todos los Gobiernos muestran preocupación por lo que está pasando. Su población les pide una solución a la crisis, pero esta no se vislumbra que vaya a llegar pronto. En Europa, el tema tiene que ver con el desastre económico de los países del sur, los llamados PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España). Sus Gobiernos gastaron más de la cuenta, repartieron subsidios por doquier, y los trabajadores y empresarios se acostumbraron a la “vida fácil”. Ahora que hay que socarse la faja, nadie quiere hacerlo, o piden que sean “los demás” lo que se la soquen, o que se haga muy paulatinamente. O sea, la cuestión va para largo.
En Estados Unidos, el Gobierno sigue acumulado déficits y deuda. De momento no está como los europeos, pero la preocupación existe. Pronto se acabarán los estímulos fiscales, y el Congreso tendrá que decidir si los mantiene o no. Mientras tanto, la FED anuncia que seguirá inyectando dinero a borbollones: 40 billones de dólares adicionales por mes, según acaba de anunciar Bernanke. Con esto pretende que las tasas de interés bajen y que eso estimule un mayor endeudamiento y más demanda. El problema es que la crisis estalló por culpa de un exceso de gasto y de deuda de las personas. Pretender resolver el bajo crecimiento actual impulsando más demanda y más endeudamiento de parte de la gente es volver a crear las condiciones para otra burbuja. Eso no es sostenible.
El caso de China es otro. Ahí no hay un problema de demanda interna. Su crecimiento se basa en exportaciones, sobre todo a bajo costo. Para seguir creciendo necesitan que haya demanda externa (de Europa y Estados Unidos, principalmente). Por eso, mientras estos sigan en problemas, China se dedicará a “estimular” su economía doméstica mediante un plan de inversión en infraestructura. Eso, de paso, les ayudara a mejorar la competitividad y a mantener sus costos bajos. Bien pensado.
A Costa Rica le pasa algo parecido a China. Dependemos de un buen desempeño del sector externo, y nuestra demanda interna es muy pequeña para pesar. Al igual que China, deberíamos aprovechar el mal momento de la economía mundial para pulir los puntos en los que tenemos debilidades en cuanto a competitividad. Ya dijimos la semana pasada cuáles son esos puntos. Pero el momento para actuar es ya.