¿Orgullo y prejuicio, que hizo a Keira Knightley una estrella en el 2005? Jane Austen. ¿Sensatez y sentimientos, con inolvidables escenas de Emma Thompson y Colin Firth? También. ¿Clueless, el bombazo de Alicia Silverstone que definió los años 90? Es Emma, la novela de Austen. Y podríamos seguir solo mencionando las adaptaciones al cine de sus seis libros.
Hace 250 años, un 16 de diciembre, nació en Inglaterra una de las autoras más conocidas, leídas, adaptadas y criticadas de la historia literaria: Jane Austen (1775-1817). Este martes, docenas de personas se reunieron en Chawton, al sur de Inglaterra, y al menos 500 más se sumaron a una fiesta de Zoom desde todas partes del mundo.
Ahora bien, que un autor clásico sea reconocido o que sus obras se adapten mucho al cine no quiere decir que siga siendo leído por placer. Pero con Jane Austen parece que sí sigue cosechando lectores y lectoras apasionadas, que encuentran renovado placer en Sense and Sensibility (1811), Pride and Prejudice (1813), Mansfield Park (1814), y Emma(1816), así como las póstumas Northanger Abbey y Persuasion, ambas publicadas en 1817.

¿Por qué leerla? Aquí, cinco razones:
Retrata con afecto y tino las relaciones humanas: sus novelas, ubicadas temporalmente en un momento de mucho cambio para Inglaterra, exploran el amor, la amistad, el orgullo y el prejuicio con una observación aguda. Sigue siendo penetrante porque si bien el contexto ha cambiado, las ansiedades por el dinero, el terreno y la autonomía femenina siguen siendo motivo de debate y preocupación en todo el mundo.
Ironía y humor sutil: Austen utiliza una ironía elegante para cuestionar las normas sociales de su época sin recurrir al sarcasmo explícito. Algo que tal vez muchos lectores incipientes no esperen de un clásico: con Austen es fácil reírse cada cinco páginas, o en pasajes enteros repletos de humor y de esa mirada peculiar hacia la vida y las relaciones humanas.

Personajes complejos y memorables: crea protagonistas con contradicciones, evolución moral y profundidad psicológica, razón por la cual, además, sobreviven a las actualizaciones temporales que han recibido en sus adaptaciones al cine. Aunque se trasladen a los 90 o a hoy, siguen allí, presentes, de tan bien perfilados que parecen en las páginas, más que meras caricaturas.
Crítica social vigente: por medio de historias íntimas, analiza el poder, el dinero, el matrimonio y la posición social, temas que aún estructuran muchas dinámicas contemporáneas. Si bien las normas en torno al matrimonio o el protocolo social ya no son tan estrictas, encuentran eco en ansiedades contemporáneas.
Estilo claro y preciso: su prosa es animada, alegre, y como dijimos, llena de humor. Naturalmente, hay arcaísmos, referencias algo oscuras para los lectores (incluso en el inglés original); no obstante, es una escritura límpida y clara.
Así que si no la ha leído, ¡no le tenga miedo! Es más: considero que es una autora idónea para quienes empiezan a leer en inglés, pues si bien desafía al inicio al primer lector en ese idioma, finalmente se va comprendiendo mejor y enseña un rico vocabulario. Qué suerte que todavía tenemos a Jane Austen con nosotros.

