
Ligia Madrigal se convirtió, en mayo de 2024, en la primera costarricense en llegar a la cima del monte Everest. Esa hazaña, que tantos alpinistas de todo el mundo añoran, le dejó secuelas físicas; algunas de las cuales no había mostrado hasta ahora.
Así lo mostró en varias fotografías en sus redes sociales, en las que se aprecia que su rostro sufrió intensas quemaduras que le provocaron dolor y oscurecieron su piel. Pero Madrigal no subió las imágenes únicamente para causar impresión, sino que aprovechó para dar un fuerte mensaje.
“La ‘belleza’ es subjetiva. Así me veía después de hacer cumbre en el Everest. Había perdido 9 kilos y estaba muy quemada por el frío. Mi reloj me marco -36 grados el día de cumbre, mi piel estaba tan quemada que dolía y se fue poniendo oscura, no era algo tan bonito de ver. Al llegar a Kathmandu me acuerdo caminar feliz y segura, tan orgullosa de haber vencido mis miedos y haber logrado lo impensable, que lo que menos me preocupaba era si me veía bien o mal; bonita o no”, escribió en una publicación de Instagram.
Por otra parte, alentó a perseguir los sueños, más allá de los miedos y los sacrificios que impliquen; y agradeció a quienes la apoyaron durante su hito.
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“Todo lo que deseas y sueñas está al otro lado del miedo. ¿Va a ser fácil? No, va a doler un poco, sí, te va llevar mucho trabajo y disciplina, claro. Pero sí que va a valer la pena!. Mil gracias a todos los que me apoyaron y creyeron en mí. El verdadero éxito es creer en nosotros y luchar por eso que nos da paz y felicidad”, sentenció.


