
A mediados de marzo de este 2025, el guitarrista Tito Fuentes, figura icónica de la banda Molotov, encendió las alarmas de sus seguidores al anunciar que estaba en rehabilitación y que, además, se sometería a una cirugía en su rostro. Estos motivos, dijo, lo llevaron a separarse de la banda y a no tocar en conciertos.
Cinco meses después de estas declaraciones, el músico concedió una entrevista a Playboy México, en la cual amplió detalles sobre su ausencia de los escenarios que van mucho más allá de lo que dijo en marzo.
Tito aseguró que fueron el rock and roll y el descuido de su persona los que lo llevaron a una situación límite, a tal grado que, en su proceso de recuperación, ha sido sometido a 11 cirugías.
“Al final, es una consecuencia de mis actos. Llevo 30 años haciendo lo que se me da la gana, sin cuidarme, ni física ni emocionalmente, entonces caí en la adicción, el alcoholismo, un montón de cosas muy destructivas por no saber hablarlas o tener tiempo de aterrizarlas”, manifestó el artista a la revista.
LEA MÁS: Tito Fuentes de Molotov: ‘Estoy en rehabilitación’ y será operado del rostro
Desde que se alejó de la banda, Tito se ha enfrentado a rehabilitación, médicos, operaciones y terapias, que lo han ayudado en su recuperación.
“Me hice una perforación en la cara, en mucha destrucción, (...) busqué lastimarme”, dijo.
Esta situación lo ha llevado a enfrentar efectos colaterales, como el coma inducido al que fue sometido en una de sus cirugías. Fue ahí que cayó en la cuenta de que no debía dejar solo las sustancias tóxicas, sino frenar su consumo excesivo de azúcar, la cual también ya ha dejado por completo.
“Decidí frenar, cuidarme y dejarlo todo a un lado, dejar la banda, dejar la música. Volveré cien por ciento. Molotov, al final, es parte de mi vida, los conozco antes que a mi familia”, destacó en la conversación.

En marzo, Fuentes había comentado que los excesos en su vida le habían traído “consecuencias brutales, psíquicas y fisiológicas”, así como la separación de su pareja y otras situaciones dolorosas.
A esto se sumó que el año pasado confesó que padece rizartrosis en ambas manos, una degeneración del cartílago articular que provoca fuertes dolores y requiere tratamiento para aliviarlos.
En su caso, la enfermedad se desarrolló tras más de tres décadas de tocar la guitarra, debido al constante movimiento de las manos y la repetición de movimientos con la plumilla y las cuerdas.
