La humanidad está condenada. Lo sabemos quienes habitamos este planeta en el siglo XXI golpeado por el cambio climático y las incertidumbres políticas.
¿Qué pasaría si pudiéramos detener a tiempo los desastres más grandes en estos temas? Ese es el punto de partida de Travelers, una serie en la que seres humanos de un futuro distante viajan a través del tiempo y el espacio para asumir las vidas de personas comunes del siglo XXI.
Su misión: detener eventos y situaciones que aceleren la destrucción de los humanos en la Tierra. Su problema: asumir que, en el fondo, son tan humanos como cualquier otro.
Brad Wright, cocreador de la franquicia de Stargate de ciencia ficción, planteó esta historia bajo el nombre Travelers (Viajeros), cuya segunda temporada llegará a Netflix este 26 de diciembre.
Wright se encargó de crear, escribir y producir esta serie con un elenco de actores canadienses. Erick McCormack, conocido por el papel de Will en Will & Grace, encarna al agente del FBI Grant MacLaren, encargado de liderar el equipo de viajeros.
“Es una historia fantástica y compleja con personajes ricos y complicados, y estoy muy agradecido de ser uno de ellos”, expresó McCormack en un comunicado de prensa.
El elenco lo completan Jared Abrahamson, J. Alex Brinson, Nesta Cooper, Reilly Dolman, Patrick Gilmore, Arnold Pinnock, Dylan Playfair, MacKenzie Porter y Ian Tracey.
La serie es fruto de una alianza entre Netflix y Showcase, que ya antes ha publicado series como The Sinner. Showcase es también la casa de series de culto como Supergirl y Mr. Robot.
Cada una de las temporadas de la serie contiene 12 episodios, lo cual hace de Travelers una producción apta para ver de un tirón estas vacaciones.
Viajes
Los viajeros tienen la posibilidad de cambiar el futuro, pero eso no quiere decir que la piel que habitan en el siglo XXI es cómoda. Pueden arribar a esta era en el cuerpo de un joven jugador de fútbol americano o en el cuerpo de un adicto a la heroína; pueden estar en la vida una joven que no sale de su casa sin la ayuda de una trabajadora social o de una madre soltera en una relación abusiva.
Los cuerpos por habitar son tan diversos como la población misma y eso abre la conversación sobre quiénes tienen los privilegios en este mundo.
El que estas personas vengan del futuro y sepan, por ejemplo, que se avecinan muchas catástrofes que no pueden modificar (y, por ende, que dejen que se pierdan “algunas” vidas”) abre la conversación acerca la ética de viajar en el tiempo.
¿Es lo correcto cambiar todo o no cambiar nada? Travelers está lleno de grises.
La segunda temporada de la serie, por ejemplo, comienza en medio de un evento clave para el mundo en el que vivimos ahora: el 11 de setiembre del 2001, durante el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York.
Uno de los viajeros toma el cuerpo de una persona que, se supone, debía morir en el ataque. Pero no lo hace y decide aprovechar ese cuerpo para cumplir su misión.
Para ser una serie de ciencia ficción, los efectos especiales no abundan –se utilizan en su mayoría para explicar los viajes– y eso hace que su “magia” resida en los personajes y sus historias.
Lo que viene
Quizá los personajes tengan misiones en las que los límites de la ética están borrosos, pero eso no significa que sus personajes no sean, al final, humanos.
Sus viajes en el tiempo son aprovechados para hacer cambios importantes en el mundo, pero también, para probar nuevas comidas y en general, disfrutar de la existencia.
La segunda temporada de Travelers trae más misiones y complicaciones para los viajeros.
Al ser tareas planteadas desde un gobierno comienzan las presiones políticas y las de historiadores preocupados por los cambios que aparecen.
De la misma forma, la facción que no comulga con la ideas del director, poco a poco, va soltando las tuercas que los mantiene unidos al grupo y creando su propia agenda.
Las misiones de los viajeros son tan arriesgadas y directoras como siempre, pero los conflictos éticos se irán multiplicando con el tiempo. ¿Para quién están trabajando?
Pronto, los viajeros del futuro sabrán que su pasado define su presente, pero que sus decisiones definirán su futuro ahora más que nunca.