En serio, ahora sí. ¿Creyeron ustedes lo del bolero o lo del tango? ¿No les suena el título como decimos? No se preocupen, fue una una manera de ponerle "algo" a esta nota, porque la película en cuestión da para muy poco, así de malita es ("malita" para decirlo con cariño). No crean que esta cintita (¡sigue el cariño!) tenga nada que ver con el filme de John Carpenter en que se basa, La niebla (de 1980), que tampoco era de las mejores cintas de Carpenter.
Desperdicio temático. Lo cierto es que uno siente, por ahí, que pudo ser una película nebulosamente terrorífica, con horror enneblinado, pero que se desperdicia por la incapacidad del director. O sea, es como escuchar un bolero de Julio Jaramillo cantado por cualquier crítico de cine (como quien esto escribe) en un karaoke. Es como oír un tango fermentado por Gardel, pero cantado en una borrachera, así de charralera con su terror. Acharita. De verdad que el argumento de neblina sí daba para algo bueno.
Tom Welling. Lo que sí es cierto es que los admiradores o, en su mayoría, las admiradoras del actor Tom Welling, galán, sí se sientan en neblinas.