Para los perros y aquellos que los aman, César Millán no necesita tarjeta de presentación. Gracias a su método de rehabilitación canina, este simpático mexicano se ha granjeado el reconocimiento mundial.
El sábado 28 de enero, el llamado Encantador de Perros vendrá a Costa Rica para compartir sus conocimientos sobre psicología canina, en un
Antes de tomar el avión hacia nuestro país, Millán conversó con
La presentación que llevo es la terminología que no puedo explicar en la televisión, puesto que en el programa entreno a la gente para que pueda rehabilitar a su perro. Trato de extraer lo que sé para que haya una prevención, para que haya un público educado.
“En mis viajes, me he dado cuenta de que al perro se le quiere mucho, pero muchos todavía no lo conocen, no saben cómo tratarlo, por eso desarrolla agresividad, nerviosismo, pánico; todo porque al perro no se le trata como perro. En Estados Unidos se le humaniza: tienen seguro, cuenta de banco, cumpleaños y hasta van a ver a Santa Claus, pero su vida no es saludable.
Claro, tiene que ser hecho para la cultura de Costa Rica. Es muy importante que sepa cuáles son los problemas que tienen, qué es lo que quieren oír de mí. Además, tengo presentaciones multimedia para que la gente entienda mejor. El ser humano aprende oyendo, viendo y tocando, así que espero traer perros a la plataforma para que la gente ponga todo eso en práctica. Vamos a traer un perro excitado para ver cómo el dueño trabaja con él, y, luego, le voy a enseñar cómo lo haría yo, así se aprecia el cambio.
Completamente, uno es día y el otro es noche.
Al perro todavía se le culpa, se le tiene miedo, se le trata mal. El perro es parejo con todos los humanos, pero nosotros no lo somos con todos los perros. El perro es mejor amigo, aunque algunos digan que a veces los ha mordido; no es el perro el del error. Aquí, en Estados Unidos, se matan cuatro o cinco millones de perros al año, y nadie dice nada, pero cuando al perro lastima al humano, sí se levanta la voz.
La honestidad, la integridad, la lealtad, esos valores que son sumamente importantes para la rehabilitación del mundo. Imagínense si los líderes de nuestros países mostraran esos valores con la nación que, supuestamente, están guiando, no existirían problemas económicos. Si el humano tuviera la lealtad, la integridad y la honestidad de un perro, aunque suene feo porque en nuestra cultura ‘perro’ es una palabra negativa; si el humano fuera líder de esa manera, todo el mundo se rehabilitaría.
El ser humano, porque los perros no nacen agresivos. Cuando están cachorros, nadie tiene problemas con ellos, pero los empiezan a hacer bravos y eso no es necesario. Con ejercicio y disciplina, se debe mantener al cachorro dócil desde su edad temprana. Un perro dócil es un perro obediente, y un perro obediente es un perro social, que se lleva bien con todos los seres: gatos, caballos, gallinas...
Es una interpretación. Respeto las formas de pensar, pero me enfoco en lo básico que el ser humano debe aprender, antes de que en la técnica. Lo que no les gusta a ellos es la técnica que uso; si un perro está agresivo con otro, uso mi pie, mi mano o la correa para pararlo y que no lo mate. Además, el nivel de trabajo es muy diferente a lo que ellos se dedican: no trabajan con una manada, sino con uno a la vez. Una gente va a la escuela y otros aprenden de la vida. Yo soy del lado natural, del lado del instinto. Los críticos fueron a la escuela y sienten que saben más que otros; respeto eso. No hay escuela que te enseñe a caminar una manada de perros; yo camino a 40 perros sin correa y ellos caminan uno. Además, yo uso mucho la manada, no el toque físico; llevo una manada para rehabilitar a un perro y eso no cuenta para ellos como técnica.
Claro, tiene que haber un cambio y ya estamos trabajando en eso. Hicimos un programa en España, que fue el primer programa en español. Se llama
(Ríe) Hay muchas cosas en las que estoy trabajando que me ilusionan, realmente será hasta que me canse, y eso va a estar canijo.
Es más que negocio, es un
Es el mismo; tengo los mismos amigos de cuando llegué. Sé de donde vengo; estoy orgulloso de mis raíces, de todo lo que pasó cuando llegué a Estados Unidos. Soy chambeador; por eso, estoy donde estoy; no tomo, no fumo y soy disciplinado. Me mantengo muy conectado a mis raíces; por eso, compré un rancho, así fue como crecí; cada vez que voy allá, me recuerdo de mi niñez.
Espero que disfruten el