Hay un anuncio tentador, dice: "Un día, por toda una vida". Esta frase invita a un hombre a llevar a su familia a emprender la gran aventura de su vida. Ese hombre se llama Bob Munro (encarnado por el actor Robin Williams), a quien sus intenciones familiares se le complican con las obligaciones laborales para con una empresa inescrupulosa. Es el eje tramático (de trama) y traumático (de trauma) que vemos en la película Locas vacaciones sobre ruedas ( R.V. , 2006) dirigida por Barry Sonnefeld.
Jocosidad. Por supuesto que esa mezcla de placer y de deber (laboral) dan el tono jolgorioso o jocoso de este largometraje, convertido en comedia de 98 minutos. Es comedia que se divierte a lo largo de las pacíficas carreteras de Estados Unidos, sobre todo por las más viejas o antiguas.
Familia disímil. Bob Munro se agota entre los extremos de su viaje, mientras lo acompañan su esposa Jamie (Cheryl Hines) y sus dos hijos: Cassie y Carl (Joanne Levesque y Josh Hutcherson, respectivamente). Cada quien tiene un objetivo del viaje, pero lo que sí es cierto es que esta familia necesita estar junta, porque está a un pelo, así de delgado, para ser familia disfuncional, ¡terrible! Por supuesto que Bob le había dicho a su familia que irían a Hawái, y esto es lo primero que tiene que resolver: ¿Hawái?
En lugar de Hawái. En efecto, amigos, para la familia no será fácil que, en lugar de un viaje al placer hawaiano, habrá un viaje a Colorado en un hogar motorizado, vehículo recreativo, furgón trailero con remolque de hogar. Por eso, la familia de Bob es metida con camisa (s) de fuerza en el viaje o paseo que le anuncian. De verdad se trata de un viaje como el título de esta cinta. wvenegas@nacion.com