Mundo exótico, como del que gustan los espíritus románticos, mundo lleno de misterios, este es el que se nos retrata en el largometraje Memorias de una geisha (2005), dirigido por Rob Marshall, bailarín y coreográfo.
Segundo largo. Es la segunda película de dicho realizador, quien también es director de musicales. La primera lo fue Chicago (2002). Antes de eso había hecho un telefilme musical titulado Annie . Rob Marshall fue seis veces candidato a los premios Emmy. Su debut en Broadway lo fue con la coreografía El beso de la mujer araña .
Entre chinas. Esta es la historia de una niña japonesa que es separada de su familia pobre para trabajar como empleada en una casa de geishas. Sucede en el Japón de antes de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, las actrices son de nacionalidad china, lo que les ha traído problemas en su país, por encarnar a japonesas.
Japoneses. Los actores sí son japoneses, histriones con mucho prestigio en su país. Ahí están Ken Watababe ( El último samurái ) y Koji Yakusho, toda una figura en Japón antes de que Occidente lo descubriera por la película ¿Bailamos? (1966). También aparece la actriz japonesa Suzuka Ohgo, protegida de Ken Watanabe.
Novela exitosa. Memorias de una geisha se basa en la novela homónima escrita en 1997 por Arthur Golden. Solo en lengua inglesa se vendieron más de cuatro millones de ejemplares. La novela ha sido traducida a 32 idiomas.
Geisha. La palabra "gei" en japonés significa "arte". Una geisha recibe una formación completa en baile, canto, música en general, y debe ser una brillante conversadora, sin decir las tonteras que uno oye de algunas modelos de pasarelas o de la televisión actual. Una geisha debe reír siempre los chistes de su cliente y nunca debe revelar los secretos de este. Con el abanico, una geisha debe producir los más distintos sentimientos y las más diferentes sensaciones.
Visual. Lo que es fácil destacar con el filme Memorias de una geisha es su encanto visual, por ahí se despiertan emociones, que no tanto con el contenido o la trama del filme. Su interés narrativo si es más discutible.
Glamour . Este largometraje tiene un sentido glamouroso, que no siempre enriquece la temática, aunque sí embellece sus imágenes. Así veremos cómo la joven japonesita, que trabaja en la casa de geishas, se convierte en una de ellas, mientras se enfrenta a una rival que pretende quebrar su entereza. Será la legendaria geisha llamada Sayuri.