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En un pequeño pueblo de montaña, un paisaje que tiene toda la connotación de estampa idílica, un grupo de personas fallecidas en distintas fechas regresan a la vida el mismo día.
Vuelven todos juntos. Solo que ellos no saben que están muertos, en realidad no recuerdan nada. Desconcertados y desorientados, intentan volver a sus antiguas vidas, correr a los brazos de sus familiares y seres queridos y brindar por esa maravillosa nueva oportunidad.
Pero el delicado tema se las trae. ¿Qué pasa si sus allegados no saben cómo actuar con ellos, si la alegría del reencuentro se ve empañada por la incomprensión, la incertidumbre y el miedo?
A partir de esta hipótesis se desarrolla la aclamada miniserie francesa Les Revenants , cuya trama se va decantando a lo largo de ocho capítulos eclipsantes, en los que hacen que el espectador se ubique en la piel de los protagonistas y tenga que dirimir las mismas disyuntivas.
Parte de lo confuso de la situación es que justamente se da en aquel hermoso pueblito asentado en un verde valle, rodeado de bosques y montañas, donde hasta hace unos años la vida transcurría con la sabrosa rutina de una comunidad campestre.
Se trata de uno de esos pueblos donde todo el mundo se conoce y los niños crecen felices y saludables. Allí vemos a Jean Pierre, siempre atento con los parroquianos fieles a su taberna. Por allá va Marcelle, el fontanero.
Pero de pronto, la razón empieza a gobernar la mente... ellos dos ya están muertos, igual que Francois, el cartero, quien anda caminando por todo el pueblo como cualquier otro, lo que no sería de extrañar a no ser porque murió años atrás después de ser atropellado y arrastrado durante 600 metros por un autobús escolar.
Antes de seguir, se impone aclarar que esta no es, en absoluto, una serie de zombies.
Los Revenidos (como lo traducen algunas publicaciones españolas) es una fantástica serie de de televisión sobre resucitados. Como dice el sitio especializado cabezascortadas.com, “en plena orgía cultural zombie, no está mal tener un producto de auténticos y genuinos resucitados”.
El tema es que estos muertos vuelven a la vida exactamente como lucían antes de morir, lozanos y saludables, nada qué ver con rasgos cadavéricos o cuerpos descompuestos.
Pero la procesión va por dentro, pues unos y otros partieron, como ocurre con todos los fallecidos, dejando asuntos sin resolver y que, de pronto, a su vuelta ya están totalmente superados.
Uno dejó a la novia plantada en el altar; otros murieron en un accidente de un bus escolar, y hasta hay un asesino en serie entre los resucitados. Porque como la muerte no discrimina, los resucitados regresan sin distingos, de manera que hay buenos y malos entre ellos.
Las preguntas carcomen las entrañas del pueblo. ¿Por qué han regresado?, ¿cómo lo hicieron?, ¿dónde estaban?
El reino del desconcierto
En la primera temporada veremos cómo estos alegres personajes regresan a sus vidas casi diez años después de morir para encontrarse que el mundo ha seguido girando sin ellos. ¿Pero qué pasa con aquellos que rehicieron su vida tras la pérdida?
La crítica en favor de esta miniserie, que ya cuenta con su segunda temporada, es avasalladora. No en vano estuvo nominada al Emmy Internacional en la categoría de Mejor Drama.
En esta miniserie no solo se destacan su enigmático y extraordinariamente bien llevado argumento, si no la fotografía, la postproducción y, sobre todo, las magníficas interpretaciones, incluidos los diferentes niños.
Desgranando los casos
En los ocho episodios de esta primera temporada, cada uno dedicado a un personaje protagónico, se muestra que los resucitados están determinados a recuperar sus vidas y comenzar de nuevo, pero poco a poco se dan cuenta de que no son los únicos que han regresado de la muerte: su retorno viene acompañado por una serie de eventos misteriosos por el pequeño pueblo.
En medio de tanta confusión y sentimientos encontrados, comienzan a darse una serie de crímenes en la comunicad, los cuales son un perturbador calco de la obra pasada de un asesino que murió años atrás.
El reparto principal cuenta con la actuación de Yara Pilartz como Camille, una joven que murió hace cuatro años en un accidente de autobús de escuela, dejando devastados a su hermana gemela Léna (Jenna Thiam) y a sus padres Jérome (Frédéric Pierrot) y Claire (Anne Consigny).
Otro inesperado regreso es el de Pierre Perrier como Simon, quien murió justo antes de su boda con Adéle, su novia embarazada, hace diez años. También está Céline Sallette como Julie, una enfermera que fue atacada por un asesino hace siete años, causando que rompiera con su novio Laure (Alix Poisson).
La cuenta continúa con la actuación de Swann Nambotin como Victor, un adolecente que fue asesinado hace 30 años junto con su familia; Guillaume Gouix como Serge, quien mató a varias mujeres brutalmente antes de que su hermano, Toni (Grégory Gadebois), lo enterrara vivo; Ana Girardot como Lucy, quien muere a la mano de Serge cuando él regresa de la muerte; y Clotilde Hesme como Adele, quien se iba a casar con Simon antes de que muriera, y ahora es madre de Chloé y está comprometida con Thomas (Samir Guesmi).
La serie cuenta con la dirección de Fabrice Gobert y Frédéric Mermoud. Les Revenants se basa en la película de Robin Campillo.
Otro sitio que no se ha guardado nada a la hora de aplaudir esta producción francesa del Canal+ es vayatele.com.
“Otro gran acierto de esta magnífica serie es su narratividad, la forma cómo se han contado las cosas. La historia resulta un increíble rompecabezas en el que las rebeldes piezas que no quieren encajar se deslizan hacia su posición correcta frente a un espectador deslumbrado por el imparable ritmo. Creo que sí, creo que se nota cuando algo está trabajado, pensado, meditado y, desde luego, tratado desde el respeto”, afirma el vehemente texto.
También se alaban los elementos metafóricos que están muy presentes, de manera que las sensaciones que le transmiten al espectador resultan muy difíciles de explicar.
“Además, tiene un ritmo suave y casi mágico, unos silencios que engordan, unos diálogos concisos y esenciales y unos planos bellos, llenos de poesía, con momentos muy pictóricos en los que la fuerza de las imágenes nos hace recordar porqué nos gusta apasionarnos con las series”, asegura el sitio. quien para terminar destaca el acierto de haber elegido a Mogwai como banda sonora.
De hecho lo único malo de la miniserie Les Revenants , según coinciden muchos de sus seguidores en redes sociales, es que deja al espectador sumido en un grado de duda y estupor tras el final de cada episodio, ni qué decir del final de la primera temporada.
Hay quienes no soportaron la incertidumbre y optaron por ver la película, tal era la intriga que les produjo el estado en que quedó colgada la trama.
Pero los que se declaran verdaderos fans aseguran que esperarán por la segunda temporada. Total, a lo bueno a veces conviene darle largas. Y en la televisión contemporánea, una serie de este calibre, parece ser digna de permanecer en baño María.
