El intérprete de televisión, cine y teatro de tierras aztecas, que encarna al traficante de drogas Fernando Sandoval en la primera producción latina de la cadena AXN, El Mariachi , pareciera ser el prototipo de macho mexicano. Aunque aseguró que lo mejor de su la vida es pasarla en familia –con sus hijos de 8 y 4 años– en todo momento, durante su entrevista con Teleguía , habló con una voz grave que, combinada con el inconfundible acento mexicano, traía a la mente –como innegable y obvio cliché– a un charro aventurero con todos sus implementos a cuestas: las espuelas, las chaparreras y la soga de lazar.
Bracho, de 43 años y descendiente de actrices –su madre y su tía–, de un roquero –su padre– y de un director de cine –su abuelo–, recordó los intensos cinco meses de grabación de la serie y la camaradería que se formó con sus compañeros de reparto Iván Arana y Martha Higareda, entre otros, y desmintió que sintiera más presión de lo normal por participar en una serie basada en la trilogía del mexicano-estadounidense Robert Rodríguez, que empezó con el filme El Mariachi , en 1992 y terminó con Érase una vez en México , en el 2003.
¿Cómo describiría a Fernando Sandoval, personaje que interpreta en El Mariachi ?
Pues si bien trafica cocaína, también es un hombre de familia. Eso lo hace un tipo complejo y a mi gusto bastante entrañable porque está lleno de contradicciones.
En su carrera usted se ha identificado mucho con los personajes extremos y la adrenalina. ¿Cuánta le inyectó a su personaje en la serie?
Bueno, la adrenalina es muchísima porque Sandoval siempre transita entre la vida y la muerte, y eso lo resuelve ya sea recurriendo a la paciencia o al mal humor. Además, él busca imponerse a como dé lugar y eso lo mantiene de alguna forma siempre al filo de la navaja.
¿Cómo fue trabajar en un show basado en la trilogía tan exitosa de Robert Rodríguez?
Cuando me contaron del proyecto me interesó muchísimo pues yo vi esas películas. Por otro lado, me gustaron los elementos que armaron para la serie: el texto que tenía que ver con el original de Robert Rodríguez, el elenco, los productores. Definitivamente es un coctel bastante atractivo entonces definitivamente había que decir que sí.
¿A qué cree que se deba el gran interés por este tipo de personajes del mundo del narcotráfico?
En Latinoamérica estamos viviendo y padeciendo debido al fenómeno del narcotráfico. Colombia ha sido la punta de lanza en cuanto a los contenidos sobre este tema en los últimos años. No es que se quiera hacer apología de la situación pero sí representar una realidad mediante la ficción, y hasta cierto punto ponerles los elementos románticos y de aventura a personajes tan contradictorios como pueden ser estos. La última producción de este tipo que vi fue la colombiana de Pablo Escobar (2012) que me pareció genial. Son figuras sumamente interesantes de retratar.
¿Cuál fue el aprendizaje que le dejó este personaje?
El aprendizaje personal, uf. Como que está muy reciente y aún no lo proceso. Hay un sentido como de rigor, venía de un proceso de teatro aquí en la Ciudad de México y pasé del teatro a la televisión en tres días, o sea, de un día para otro ya estaba ensayando para la serie. El proceso de aprendizaje fue el de cómo quitarme de encima lo que estaba haciendo, de un autor estadounidense llamado David Mamet, a pasar a El Mariachi . No sé cómo explicarlo. Tuve que desligarme energéticamente de lo otro para entrar en esto (la serie). Creo que aprendí mucho por el brinco tan rápido de una cosa a otra. Apenas estoy descansado con mi familia y tratando de recuperarme.
El hecho de que esta sea la primera serie original para Latinoamérica de AXN, ¿lo presionó más a usted como actor?
Sí y no, ya que la presión es igual que en cualquier otro caso. Yo no abordo un trabajo sin saber que tengo que dar el 100%. Ahora, que tenga éxito o no ya no depende de uno, es multifactorial. Sé que el arranque fue muy exitoso y creo que la presión recaía más sobre Gabriela Valentan y Daniel Ucros (los productores). No hay que presionarse de más, simplemente se ejecuta el trabajo y se deja que fluya la energía. En las grabaciones había mucha química y magia y eso se refleja del otro lado de la pantalla.
¿Cómo cree que Latinoamérica reciba a un personaje como Sandoval: un padre de familia que además trafica drogas?
Creo que voy en caballo de hacienda, es decir, que voy muy bien. Se ha ido dando favorablemente debido a los antecedentes que hay de todas las series sobre este tema en particular. Además, los narcotraficantes verdaderos, como el capturado Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán aquí en México o el mismo Pablo Escobar en Colombia son de una complejidad muy interesante. Es decir, son personajes que pueden ser terribles pero entrañables al mismo tiempo.
¿Usted cree que la serie sea bien asimilada por los televidentes y no provoque más bien un rechazo por el tema de la violencia?
No olvidemos que es una ficción que está muy bien hecha, con escenas muy fuertes, pero también con todos los ingredientes de una buena historia. Creo que los que se ofendan que cambien el canal ya que existe una buena cantidad de opciones en televisión por cable. Sé que a la serie le ha ido muy bien y sigue atrapando a más televidentes. Me doy cuenta en la calle y en mi día a día normal y ha tenido una respuesta muy favorable, incluso en las redes sociales.