Desde paredes empapeladas con pósteres enormes, los más variados rostros nos hablan de la hermandad de pueblos que están en guerra, de las historias de los trabajadores en Malaui, de cómo es Afganistán más allá de los best-sellers y lo que nos dicen los medios, de aprovechar el ahora en Israel y hasta de una mirada en el Polo Norte que clama por salvar el Ártico.
Son tan solo unos pocos ejemplos de las protestas pacíficas y reflexiones que el francés JR, uno de los artistas urbanos más destacados del planeta, ha provocado con el llamado proyecto artístico participativo más grande del mundo.
Bajo la dirección del londinense Alastair Siddons, el documental Inside Out: The People’s Art Project muestra cómo ha sacudido esta iniciativa a diferentes comunidades.
Hasta ahora, el Inside Out Project ha colocado 223.927 retratos por medio de 902 acciones artísticas en 112 países, según detalla la página web oficial.
Con su deseo expreso de cambiar el mundo, JR, ganador del prestigioso TED Prize 2011, logró motivar a la gente no solo para que definiera importantes causas comunes, sino que, para hablar de esas problemáticas, le enviara sus retratos y él, a cambio, se los devolvió en carteles enormes que terminaron empapelando cientos de ciudades.
No es arte de museo, sino de calle, que, por lo tanto, se atiene a las consecuencias. Mientras los habitantes pasan viéndolos, ignorándolos o interviniéndolos, estos afiches hablan de justicia, paz, esperanza, diversidad, dignidad y derechos en Kabul, Lyon, Milán o Nueva Orleans, y sufren los embates del clima y el paso del tiempo.
Personas comunes son las protagonistas de estas obras de papel. Unas muestran rostros serios y enigmáticos; algunas miran con desconfianza o intensidad; otros exponen un sinfín de muecas y sonrisas. Ellos dan la cara a este movimiento artístico.
“En una sociedad de imágenes estamos constantemente bombardeados por caras de gente, muchas veces gente famosa. Normalmente, esas imágenes no representan la opinión de la gente real. Yo quiero llevar al centro de atención a personas anónimas. Llevar sus caras a las calles y redefinir la noción de héroes”, dijo JR en un artículo del diario español El País .
Ese artista de 31 años comenzó haciendo grafitis en Francia y su trabajo se transformó cuando encontró una cámara; empezó a fotografiar a personajes de la calle y mostrar que existían en los muros de París. Después, entre otros trabajos, hizo una exposición en que fotos de israelíes y palestinos se mezclaban a los lados de la barrera divisoria en ocho ciudades con ambos pueblos.
Es arte que mueve e inquieta.