Ya ustedes saben cómo es Isidoro Camacho: mujeriego y machista, aunque trate de disimularlo, pero al demonio este se le ve la cola, aunque la ande entre los pantalones o entre... lo que sea.
Lo cierto es que Isidoro (encarnado por Carlos Alvarado) ha cumplido años. Supuestamente esto es razón de alegría en La Pensión , el programa que se transmite todos los viernes, a las 8:30 p.m., por canal 7.
Sin embargo, no es así, por lo menos no es así para Isidoro. A Camacho le han entrado más calambres que a una cigüeña jalando trillizos desde París a Buenos Aires. Asunto de lumbago, dicen los demás.
Lo cierto es que el pobre ya no sopla ni las candelitas del cumpleaños: está como un acordeón sin viento, o como una trucha agonizando: no suena más que en quejidos.
Lo peor es que esos calambres le llegan cuando busca una cita con una mujer, dice que esa mujer le gusta. Él afirma que le gusta para ir a bailar. Eso dice. ¡Bueno! Eso fue lo que puso Gustavo Fallas en el guion.
Solo que Camacho no quiere quedar "out" y alguien está dispuesto a darle el medicamento del caso, con lo que le será posible recuperar el vigor juvenil y no ser solo un "viejo de engorde". ¿Ustedes han oído hablar de Vitasex? Piensen: por algo este capítulo se llama así, que así se llama.
Lo cierto es que Camacho está como loco para que se le quiten los calambres, aunque no todos. Esto habrá que preguntárselo, ojalá que no se lo pregunte la siempre sugerente de Paulina (Rebeca Alemán), porque la Pau mortifica a un santo en retoque, ni lo duden.
Lo cierto es que, dicen algunos periodistas, Camacho está en la edad del cóndor: "Con dolor por aquí y con dolor por acá". No se pierdan La Pensión .