Gomorra es una de las ciudades que, junto con Sodoma y según el Antiguo Testamento, fue destruida a causa de la perversión de sus habitantes. Mientras, la camorra es la organización criminal mafiosa que ha convertido a Nápoles, en el sur de Italia, en una metrópolis perdida.
Gomorra y camorra . No cabe duda del juego de palabras que el treintañero autor napolitano Roberto Saviano usó para el título de su libro, en el que se retratan los estragos causados por el crimen organizado –camorra– en una ciudad –Nápoles, que pasa a llamarse Gomorra en el libro y en el posterior filme y teleserie del mismo nombre– donde la juventud está sumida en una pobreza económica y espiritual.
El libro, publicado en el 2006, le valió al autor, además de una excelente acogida crítica y millonarias ventas, amenazas por parte de varios “padrinos” napolitanos y una escolta policial permanente.
En cuanto a la cinta, esta se estrenó en el 2008, bajo la dirección de Matteo Garrone, y obtuvo una nominación a un premio Óscar de la Academia como mejor película extranjera.
Y para no dejar por fuera a los amantes de las series televisivas –donde los misterios, la violencia y la venganza se dividen en emocionantes capítulos– llegó la hora de sumergirse en las 12 piezas de un rompecabezas que se abre paso entre lo profundo de las pantanosas y corruptas aguas napolitanas –o mejor dicho–, de Gomorra. Aquí, la camorra ha metido la mano bien hondo en todo tipo de actividades delictivas: contrabando de falsa moda de marca, trasiego de armas, lanzamiento indiscriminado de toneladas de desechos tóxicos y narcotráfico, entre muchas otras.
Esta es la historia de la camorra, vista a través de los ojos de Ciro Di Marzio (interpretado por Marco D’Amore), de 30 años, apodado Ciro el inmortal y mano derecha del padrino del clan, Pietro Savastano (Fortunato Cerlino), de acuerdo con lo publicado en el sitio web www.betafilm.com/en/. Ciro sabe mejor que nadie lo que significa ser un miembro fiel de una banda, hasta que esa lealtad obsesiva se pone en juego cuando un ataque ordenado por Pietro contra su archienemigo Salvatore Conte (Marco Palvetti) termina –durante un choque que se sabía de antemano era casi suicida– con la vida del mejor amigo y mentor de Ciro, Attilio (Antonio Milo).
Luego de este incidente, y de la encarcelación de Pietro, Ciro se aparta del código de honor de la camorra, deja de lado las tradiciones de estos grupos criminales y a partir de allí empiezan sus intentos por convertirse en el próximo líder de la mafia. Esta lucha de poder interna termina por exponer la vida de Ciro, y la de toda su familia, al mayor de los peligros.
Bien lejos está Gomorra –serie hecha en Italia– del glamour de las producciones hollywoodenses como las de la trilogía de El Padrino , llevadas a la gran pantalla por el director italo-estadounidense Francis Ford Coppola y con las actuaciones de Marlon Brando, Robert De Niro y Al Pacino, entre otros.
Violencia de la mano de su protagonista
El italiano Marco D’Amore, con quien conversó Teleguía hace algunos días, habló con gran emoción acerca de haber participado en la serie, así como del sur de su patria y de sus tierras –Nápoles y Campania– donde nació hace 33 años y donde aún vive. D’Amore hizo hincapié en que el crimen organizado no es un mal exclusivo de Italia, sino que afecta seriamente a muchísimos países alrededor del mundo.
¿Cómo fue el proceso para prepararse para este papel? Por ejemplo, leí que tuvo que perder al menos 9 kilos para interpretar a su personaje.
Perdí el peso para moldear la cara y el cuerpo de Ciro. Este personaje es un hombre de fuego, de acción, por lo que siempre debe estar listo para la guerra. Trato de imaginármelo como un soldado pero con grandes habilidades psicológicas. De hecho me recuerda al gran personaje Yago del escritor británico William Shakespeare (de la obra teatral Otelo ) pues aparte de sus destrezas físicas, tiene una mente completamente estratégica, es un hábil manipulador.
¿Opina que la serie Gomorra solo retrata lo feo de Italia?
Gomorra no es un lugar geográfico que exista en realidad. No es Nápoles, no es Campania (región sureña de Italia y la segunda más poblada de esa nación). Gomorra es un estado mental y cada lugar del mundo tiene su propia Gomorra. Yo vivo en Nápoles y amo este lugar. Simplemente estamos mostrándole al público el lado oscuro.
¿Qué impacto considera usted que ha tenido la serie Gomorra ?
Creo que ha tenido un importante impacto debido a la calidad de los actores y de la producción, tanto que considero que habrá un “antes” y un “después” de Gomorra .
¿Alguna vez sintió miedo durante la filmación de la primera temporada de la serie?
No sentí miedo sino orgullo. Me parece que fue mi contribución a este problema y eso es motivo de gran satisfacción para mí.
¿Cuál considera usted que es la principal motivación de su personaje?
Me parece que el amor. Al fin y al cabo es un ser humano, no un robot. Cuando mi personaje pierde a su mejor y único amigo Attilio, que para él era como un padre y su fuente principal de educación, su única salida es odiar a todos los demás.
¿Por qué cree que es tan importante contar esta historia?
Hay que tener claro que quienes contamos esta historia no somos ni políticos, ni filósofos ni maestros, sino actores y directores. No estamos aquí para enseñar sino para presentar historias, y en especial relatos tan importantes como este y en un show de una calidad tan sobresaliente. En este caso en particular, la meta es detallar el funcionamiento del crimen organizado en el sur de Italia.
¿Cuál fue su primera reacción cuando leyó el libro de Roberto Saviano?
Me emocionó muchísimo saber que participaría en un proyecto tan importante y basado en una obra que, gracias a la película del 2008, se dio a conocer en todo el mundo. Cuando terminé de leer el libro, sentí que algo había cambiado en mí para siempre y también a nivel social.
¿Realmente le parece que desde la publicación del libro se ha dado un cambio social?
Definitivamente, pues ha variado la forma en que la sociedad percibe la realidad que siempre ha existido sobre el crimen organizado. Fue como abrirles los ojos a la fuerza a las personas y cambiarles la conciencia a los más jóvenes sobre lo que está sucediendo a su alrededor. Otro aspecto positivo que ha traído la serie es que han surgido asociaciones que luchan en la actualidad por cambiar la situación. No ha sido una política ni un programa lanzados por el gobierno, sino por parte de los ciudadanos y de la sociedad que han buscado un cambio. Lo importante aquí es que ya se dio el primer paso, y es que la sociedad haya reconocido que existe un gran problema de criminalidad. El siguiente paso sería que el gobierno central y los locales asumieran un papel activo a la hora de ofrecer oportunidades reales a los jóvenes que pasan sus días solos y abandonados, en barrios empobrecidos y peligrosos donde no hay alternativas tangibles para progresar y romper con este ciclo de violencia.
¿Actualmente trabaja en algún proyecto?
En estos momentos estoy produciendo una película que básicamente ahonda en la relación de un hijo con su padre, en medio de una situación en que varios de los personajes del filme sufren de envenenamiento por asbesto.