La historia de John Wilmot, mejor conocido como el segundo conde de Rochester, toma cuerpo en la nueva pantalla de la Sala Garbo, quien el próximo lunes 7 de mayo cumple 30 años de vida. La película en cuestión se titula El libertino (2004), dirigida por Laurence Dunmore. Es cine del Reino Unido.
Presencia de actor. La presencia del actor Johnny Depp se convierte en el gancho principal de dicho largometraje. La acción transcurre en el Londres de 1660, en plena época de la llamada Restauración, que algunos llaman de “la relajación”.
En El libertino vemos cómo avanza la ciencia y cómo se independizan las artes; la religión y sus preceptos morales se quedan rezagados y surge una generación dispuesta a gozar del placer y a hacerlo a toda velocidad. El conde de Rochester murió de sífilis a los 33 años, con una vida arremolinada.
Escritos de Rochester. No solo fue la vida de John Wilmot (Johhny Depp), sino también los escritos que alimentaron una actitud artística en esa época. Igual fue poeta y dramaturgo.
Esta película inglesa y libertina (que lo es, en importante medida) continúa el semillero intelectual que llevó a personas del país como Carmen Naranjo, Samuel Rovinski, Oscar Castillo, Antonio Iglesias, Sergio Ramírez y Nicholas Baker a darle espacio al mejor cine: al diferente, al de repertorio, al alternativo, al independiente y fuera de lo común: es la Sala Garbo, por Greta Garbo.
Hubo un día. El 7 de mayo de 1977, con la presencia del director teatral Peter Brook, nació la Garbo. Su pantalla se iluminó con imágenes de cinematografías hasta entonces desconocidas en Costa Rica. Obras maestras comenzaron a desfilar por ese punto en el barrio Don Bosco, 100 metros al Sur de la Pizza Hutt de Paseo Colón.
Vimos obras eximias de Eisenstein, Pudovkin, Tarkovsky y Klimov; obras maestras del cine húngaro : Istvan Szabo; el cine checo y cubano desfilaron en incontables festivales.
De Europa con amor. Llegó el cine europeo de países cuya cinematografía era casi desconocida, como el cine griego con Ifigenia y Electra ; el cine yugoslavo; sueco; danés; noruego; además del cine más conocido como el español, francés, inglés e italiano. Igualmente el cine japonés, con sus dos grandes directores Nagisa Oshima y Akira Kurosawa engalanaron la pantalla. ¿Quién de esa generación no se acuerda de Derzu Uzala ?
Nuestra América. El cine latinoamericano ha encontrado siempre alero en la Sala Garbo, al igual que aquellas películas censuradas y condenadas por moralinas oficiales, como el caso de Yo te saludo, María (de Godard) y de La última tentación de Cristo (de Martin Scorsese).
Películas inolvidables que marcaron una época, un pensamiento y un sentir político nada oficial. Es la tradición y es el presente de la Sala Garbo, aún hoy con El libertino .
Con las nuevas y florecientes industrias cinematográficas de países como Irán, Vietnam, China e India la Sala Garbo continúa su búsqueda del mejor cine del mundo para deleite del público costarricense.
Por ahora, Johnny Depp es quien cautiva con un papel muy bien ajustado a la brillantez de los diálogos en El libertino . wvenegas@nacion.com