Escuchar
Es una de las mujeres más reconocidas en el mundo de las telenovelas. Gracias a sus interpretaciones –en su mayoría como la buena de la historia–, la actriz mexicana Érika Buenfil tiene un puesto asegurado en la historia de los amores y desamores de la pantalla chica.
Actualmente, se le ve todas las noches por canal 6, interpretando a Victoria Balvanera en la novela Amores verdaderos que se transmite a las 6 p. m. junto a Eduardo Yáñez.
Inició su carrera artística con apenas 13 años, con un papel pequeño en la telenovela Acompáñame en 1977; este fue el impulso para que Érika decidiera ser una gran estrella.
En 1985 logró su primer papel protagónico en Angélica , al lado de Sergio Goyri; pero más allá de las novelas de corte rosa, a la actriz y a otros grandes intérpretes mexicanos se les recuerda por la novela El maleficio.
Esta producción de 1983 marcó un hito en la historia de los culebrones mexicanos, ya que se salía por completo del esquema que se había seguido por muchos años.
El maleficio tocó temáticas como el ocultismo y la brujería y en aquella época generó muchas críticas e incluso la intentaron censurarla en la televisión.
Con motivo de su más reciente producción, la actriz habló con Viva desde México, sobre su vida personal y sobre sus más de tres décadas de carrera.
¿Qué la cautivó de la historia de Amores verdaderos ?
Después de haber protagonizado diferentes novelas, llega a mí Amores verdaderos con una historia muy fuerte sobre un tema de seguridad, de lo que hemos vivido hoy en día y a parte con una historia de amor prohibido como el de Victoria que empieza a sentir por José Ángel y que tiene que aguantarse y contenerse porque los dos están casados. Este amor nace por un agradecimiento, por una admiración, por sentirse por primera vez protegida; es una historia bonita y actual de una mujer de mi edad con hijos en un matrimonio malo. Es una historia que se identifica mucho con la realidad.
Después de tantos años de carrera, ¿cuánto ha cambiado como persona y como artista?
Obviamente mucho, he tenido que evolucionar junto con la televisión por las nuevas historias y las nuevas formas de contar las telenovelas. He crecido como actriz y como mujer; en la interpretación hay mucho que aprender a diario.
En 1977 trabajó en la novela Acompáñame con un papel juvenil. ¿Cómo compara a la Érika de ese momento con la actual?
Ha habido muchos cambios, amores y desamores, uno nada más no cambia como profesional sino como ser humano. Sigo siendo la misma en cuanto a los valores y las ganas de hacer las cosas, pero, obviamente, he aprendido a hacer otras cosas (...). Las vivencias te hacen madurar y como actriz soy muy diferente: las cosas se hacen con más pasión.
¿Se considera un ícono de las novelas?
No lo sé, sé que soy una actriz reconocida y que la gente sabe que mis trabajos son de mucho cuidado. Soy una imagen muy identificada, tal vez con los años y más trabajos, me volveré un ícono. Sé que estoy dejando una huella, pero me faltan muchos años de trabajo para volverme más sólida.
¿Cuál ha sido el mejor papel que ha interpretado?
Me gustó mucho el último ( Amores verdaderos ) pero Amor en silencio (1988), Tres Mujeres (1999) y Marisol (1996) son grandes telenovelas, y marcaron mi carrera.
¿Qué hace Érika para mantenerse fresca, activa y renovada en la actuación?
Híjole, es un trabajo de día a día. Hay que estar enterada de lo que está pasando en las tendencias en el cine y la actuación aquí (México) y en otras partes. Hay que ver qué ingredientes nuevos se le ponen a un personaje, porque no es una cabellera o una forma de vestir lo que hace al personaje. Hay que buscar diferencias para no verse igual que el personaje anterior, uno le presta el rostro y los gestos, pero hay que buscar qué cambiar.
En su experiencia, ¿por qué cree que las novelas siguen teniendo éxito?
Las novelas de corte de color rosa siguen siendo las más fuertes porque el amor no cambia, seguimos enamorándonos y desenamorándonos siempre. Las novelas avanzan con sus historias como avanza la vida, tocan temáticas de diferentes maneras: temas actuales, lo que pasan los hombres de ahora. Todo cambia mucho, antes era otra cosa; por ejemplo, ahora las mujeres usamos pantalones de mezclilla, manejamos celulares y computadoras; pero el amor sigue siendo el mismo.
Ha compartido set con grandes actores y para los 50 años de las telenovelas en México se le hizo un reconocimiento a su carrera. ¿Qué significa eso para su trabajo?
Me da mucho gusto; la verdad siempre ese tipo de reconocimientos son un honor, te levanta la autoestima. Es un logro importante que te reconozcan tanto tiempo de trabajo, vale la pena la lucha porque el público se da cuenta de la entrega y de las ganas que le ha echado uno para estar en este trabajo, todas las ganas y los sacrificios.
El maleficio fue una novela muy importante en la historia de la televisión mexicana porque marcó una diferencia. ¿Qué significó para usted su participación en ella?
El maleficio ha sido la única novela de terror que ha hecho Televisa, fue la primera que rompió con las historias de amor romántico tradicional. Aunque tenía su propia historia de amor se le añadía el misterio y tocaba la parte oscura de los fantasmas y el demonio. En esa modalidad fue muy diferente y siempre me sentí orgullosa de haber sido parte de un proyecto tan ambicioso.
También probó con la música, ¿por qué no siguió cantando?
La música fue un tiempo muy corto, no me fue bien del todo. Es una carrera muy difícil y hay que nadar mucho contra corriente. Dejé de tener apoyo y me fui cansando de ella, me quedé con la actuación.
La actuación en teatro es una de sus pasiones...
El teatro lo amo, es lo que te hace crecer más como actor y es algo que he disfrutado mucho siempre. Sigo haciéndolo y es una pasión, como dices.
Entre todas sus facetas como artista, también está su trabajo con monólogos. ¿Cómo le ha ido con este proyecto?
Es más difícil pero es una experiencia muy bonita, ese contacto directo con el público y uno solo en el escenario. Es un reto más grande, pero es un gran aprendizaje.
¿Qué le hace falta por cumplir en su vida personal y en el trabajo?
Muchas cosas, primero sacar adelante y ver crecer a mi hijo; trabajar más y siempre faltan cosas nuevas, metas e ideales que son personales, pero cuando sucedan lo sabremos.
¿Cómo está en el amor Érika Buenfil?
Nada, mi único amor es mi hijo Nicolás (8 años), es al que amo y al que le dedico mucho tiempo. También ocupan mi corazón mi trabajo y mi casa. En temas de pareja aún no ha llegado, no lo busco, pero si Dios quiere, llegará; soy una mujer feliz con lo que tengo.
¿En qué aprovecha el tiempo libre entre grabaciones?
Me gusta ir al cine, cocinar, estar en casa, en el gimnasio y, además, me gusta mucho viajar. Cuando puedo lo hago y cuando la escuela de Nicolás lo permite.
