Entre la comedia y la aventura. Entre la especulación y la realidad posible. Así transcurre el más reciente filme animado de los estudios Disney, titulado La familia del futuro ( Meet the Robinsons , 2007), dirigido por Stephen Anderson.
Esta semana, el siglo. Lo cierto es que para los ahora digitales estudios Disney, con el abandono de los dibujos animados, el siglo XXI comenzará hoy en muchos países donde se estrenará La familia del futuro (102 minutos). Al presentar la película podemos reunir estas palabras: animación, infantil, familiar, comedia, aventura y ciencia-ficción.
Sinopsis futuresca. En este filme, vemos la historia de Lewis, chico huérfano, dejado ante una puerta y a quien nadie adopta, quien se propone inventar una máquina capaz de recuperar recuerdos: él quiere saber quién fue su madre y por qué lo abandonó en un orfanatorio.
Cambio de máquina. Por razones que no podemos contar aquí, porque les destrozaríamos la fantasía de la película, Lewis conoce a un viajante del tiempo, a un joven miembro de la familia Robinson (apellido que se hace común en las cintas de aventuras de la cofradía Disney). El joven Robinson viene del futuro y, por una razón importante, ha venido a su pasado, que es el presente de Lewis. ¡Se arma la trama!
Al futuro con futuro. Por otras razones que aquí no vamos a contar tampoco (como no contamos algo antes, nos hemos amarrado las manos), por esas otras razones, todos los que están disputando algo en el presente, tendrán que ir al futuro, a donde la familia Robinson, que se verá metida en el jaleo por culpa de las “tortas” de su hijo. La película se llena, poco a poco, de fantasía y de más fantasía. Hay imaginación y también hay el programa tecnológico suficiente para darle cuerpo a la aventura.
Divertimento, está claro. Así es, está claro que estamos ante una cinta para el entretenimiento de los más pequeños, y ojalá estos vayan acompañados por los mayores: el cine de animación es para todos los públicos, por lo menos es lo que se supone, sobre todo si se trata de la escudería Disney.
Se trata de ofrecer divertimento a un amplio espectro de aficionados al cine, que no solo en el futbol existen los aficionados. El esfuerzo de Disney, esta vez, ha sido el de buscar una historia nueva en concepto narrativo y en estilo visual. Es cine que algunos llaman “blanco” o que otros llaman “neutro”, sin mucho compromiso social y sin ningún afán experimental.
Otros personajes. Si hay niños buenos en una historia, también los hay muy malotes o muy malilllos. Si hay un Peter Pan, debe haber un capitán Garfio. En La familia del futuro están los niños Lewis y Cornelio Robinson; por el lado de los malos está un personaje muy bien logrado en la cinta. Se trata de Bowler Hat Guy, quien se acompaña de un sombrero diabólico, ¡vaya sombrerito!
Ustedes verán cómo será el mundo del futuro o, por lo menos, cómo es imaginado por los estudios Disney. Lo único que no cambia es el concepto de familia de hoy a ese mañana distante. wvenegas@nacion.com