Tremendo alboroto se armó el domingo pasado en El Chinamo (repicado obviamente en redes sociales), cuando, en medio de la sección “En la mesa con” –conducida por Víctor Carvajal–, mostraron unas imágenes del actor Bismarck Méndez en las que queda en evidencia lo sanito que está el muchachón. Las tomas son de la película El lugar más feliz del mundo .
Y, bueno, como en esta sección habitualmente el taquito de ojo se lo lleva el público masculino; en este caso, obtuvimos las imágenes gracias a la directora del filme, Soley Bernal, quien contribuyó para que muchas y muchos (en este caso, no estamos hablando de lenguaje inclusivo) se refresquen la retina. Tan guapo se ve el limonense que se le perdona la tanga de leopardo con la que aparece en la foto inferior. ¡Que en este 2016 se siga conservando como hasta ahora!
Una de las grandes perdedoras criollas con el megaescándalo en la final de Miss Universo fue Nicole Carboni, modelo, atleta y excandidata a Miss Costa Rica. Ella se ha vuelto una figura reconocida en el país, pero no por las características citadas, sino por la clase de ensañamiento implacable que ha tenido contra Miss Costa Rica 2015, Brenda Castro, desde que le ganó el título en el concurso local.
Y es que, claro, el morbo colectivo en este pequeño país estaba esperando la reacción de Carboni en cualquiera de los dos casos, ya fuera que Brenda clasificara o que no. Estos Topos reconocemos que habíamos pensado ingresar a su página en FB no bien hubiera terminado el concurso, para –casi seguramente– sorprendernos con sus andanadas de odio.
Lo cierto es que con el saperoco mundial por el enredo de coronación entre Miss Colombia y Miss Filipinas, perdimos totalmente de vista las intrigas de Nicole. Sin embargo, ya con las aguas más tranquilas, este martes, ingresamos a su cuenta de figura pública (ay carajo) en Facebook y, efectivamente, la chiquita no nos defraudó: nos quedamos patitiesos y peliparados al leer las aseveraciones ya no solo contra Brenda, sino graves y serias acusaciones, con nombres y apellidos, contra altos personeros de la organización.
¿Tendrá noción esta muchacha de que no solo se está exponiendo al escarnio-escándalo público permanente como la peor perdedora –de concursos de belleza– que se ha visto en el país, sino también a una eventual demanda en la que no tocaría ni el quicio, como diríamos en Turrialba? Algún día nada lejano, todo este rollo de misses quedará atrás, pero la fama de conflictiva y boquiligera va a perseguir a la bella rubia, quien está en la flor de la vida. Nos preguntamos si no tiene alguien cercano que la asesore para que no se exponga más, pero, bueno, aunque está muy jovencita ella es dueña de sus actos y llegará el momento en que le toque apechugar. Actuar como lo está haciendo es su prerrogativa, es su derecho. Y bancarse lo que venga, será una consecuencia con la que ella y solo ella, tendrá que lidiar.
Volviendo al tema de los galanes televisivos criollos, el viernes antepasado, durante la despedida de Édgar Silva en el parque de Zarcero, señoras de todas las edades y chiquitos se acercaban a Silva en la misma proporción que las muchachonas jóvenes asediaban a Pablo Rodríguez, actor y copresentador de Buen día . Uno y otro se portaron amabilísimos con la gente; Silva, además, salió muy regalado, pues los zarcereños no se limitaron en ofrecerle al liberiano su agradecimiento y admiración. ¡Qué bonito todo!
Al mejor estilo de la onda contemporánea y más porque acá no se trató de “cada quien paga lo suyo”, sino que ella invitó. La semana pasada estuvimos en el restaurante Matsuri, en Plaza Antares, en una mesa contigua a la que ocupaban el actor y presentador Ítalo Marenco y su prometida, Cindy Villalta.
Nos llamó la atención el atuendo del presentador de Combate , pues andaba con una camisetilla de esas que usaban antes los señores. La pareja pasó una velada tranquila y, al final, cuando pidieron la cuenta, fue Cindy la que sacó su cartera y canceló todo. No hubo negociación, Ítalo no se inmutó y siguió en lo suyo. Bendita igualdad, así debe ser; siempre y cuando, claro está, se turnen para pagar.
Acuerpamos lo dicho el pasado domingo por El Tejón (de La Teja ), primillo de este Topo, sobre la participación de las hermanas Nadia y Nicole Aldana en la sección “En la mesa con Víctor Carvajal”, de El Chinamo . Nunca entendimos la elección de las muchachas en este apartado, pues si bien siguen siendo conocidillas por viejas generaciones, hace muuuucho que dejaron de ser figuras de televisión en A todo dar ; ellas le pidieron a la producción que no mencionaran nada del espacio que las dio a conocer hace muuuuchooo.
La cosa es que tanto una como la otra se portaron casi tan graciosas como una carrera de caracoles, la única muestra de semisimpatía fue cuando se tiraron las cuñitas publicitarias de sus tiendas y, luego, volvieron a lo mismo: todas tuyú y muy impostadas. Como quien dice, tiene más humor madrugar un domingo. Qué jue aquello.
En cambio, las participaciones en ese mismo segmento de Bismarck Méndez o del mismo Yashín Quesada (quien lo ve tan seriecito) fueron un rotundo éxito.
Por cierto, la incursión de Carvajal en El Chinamo ha sido un gran acierto, aunque apenas ha podido darle rienda a su espontaneidad porque le correspondió entrevistar a otros. Sin embargo, ya tendremos oportunidad de ver a un Víctor más distendido e ingenioso en las narraciones de los toros, donde puede agarrar el churuco por más rato. Eso sí, ojalá se le pase rápido el efecto del Bótox en la frente (totalmente innecesario, pues sus facciones son juveniles y sus líneas de expresión son parte intrínseca de su histrionismo y su natural forma de ser). Que pasen rápido los tres o seis meses que sea lo que le dure la tiesera. Te lo pedimos, señor.
Esta bandida de Glenda Peraza; no sabemos cómo ha logrado mantener hasta ahora el secreto de su inminente matrimonio o, más bien, de la fecha, lugar y demás detalles.
Lo que sí sabemos es que la pachanga está a la vuelta de la esquina, pues la enamoradísima pareja nos viene dando atolillo con el dedo o, más bien, con el Facebook, dando pistas concretas como que “estas son las últimas vacaciones de la soltería” y otras publicaciones por el estilo.
Por ahora, lo único que orejeamos es que Glenda se va a vestir de blanco, que se va a ver como una princesa y que el familión del novio, Byron Garita, está poco menos que extasiado con el enlace, pues Glenda es un mujerón en todo sentido y, por encima de sus cualidades, es una persona extraordinariamente buena. He dicho.