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Cuando el cantante Justin Bieber orinó en una cubeta durante un concierto e insultó al expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, la madre del artista Patti Mallette, lo justificó al exclamar “mi hijo no es perfecto”.
Quizá Bieber no sea un caso digno de analizar en el programa de estreno en TLC, pero al menos es una referencia para ilustrar cómo el comportamiento inadecuado de los hijos suele meter en apuros a sus padres.
El nuevo espacio –de Discovery Home&Health– se centra en los niños que luchan con los problemas que afectan drásticamente su comportamiento y el profundo impacto que supone en la vida de sus allegados.
Los realizadores del espacio documentaron el esfuerzo de tres familias que buscan una respuesta para entender más sobre el comportamiento de sus hijos. Así, la serie se centra en las maneras de hacer frente al desafío de criar a los jóvenes con problemas de conducta, emocionales o clínicos.
El show muestra casos como el de Katherine, una niña de seis años cuyo comportamiento afable en casa cambia por completo al cruzar la puerta de su escuela, en donde es incapaz de pronunciar palabra alguna.
Los adolescentes también son objeto de este especie de experimento. Henry tiene 16 años, sufre de Síndrome de Tourette (enfermedad caracterizada por tics físicos y vocales, asociado al uso de palabras obscenas) y como si fuera poco, su condición aparece de repente. Desde su diagnóstico, Henry libra una batalla diaria contra los tics que le acechan.
Para otra familia el calvario es de una década, pues llevan ese tiempo tratando de encontrar una respuesta y diagnósticos claros, que les permitan comprender qué es lo que anda mal con su hijo.
Tal es la situación de Adam, quien se caracteriza por su actitud agresiva, comportamiento regresivo y con grandes dificultades de habla y lenguaje.
En lo que definitivamente coinciden los casos de los tres jóvenes destacados en esta serie documental, es que tienen algún tipo de dificultad de comportamiento, aunque cada uno de diferente tipo y grado.
Si bien el espacio no se presenta como la respuesta divina a todas las preguntas de los desesperados padres y madres, al menos los expertos en salud mental a los que recurren los productores del espacio son una valiosa guía.
“Esta reveladora serie da una idea de los problemas que enfrentan muchas familias de hoy”, señala el canal TLC mediante un comunicado oficial.
Algunos críticos destacan que el verdadero corazón de este documental radica en mostrar cómo el comportamiento de los menores afecta posteriormente a sus padres, quienes se sienten indefensos y con frecuencia con miedo ante la perspectiva de que su hijo no mejore.
“Es particularmente desgarrador escuchar la historia de Adam a través de los ojos de su madre y cómo se siente juzgado por las opiniones de otros, que claramente no tienen idea de lo que significa tener un hijo que no es –en sus propias palabras– ‘normal’”, destaca un crítico según el sitio onthebox.com .
Las historias de Adán, Henry y Katherine son realmente interesantes y este show acierta al esclarecer la gama, a veces borrosa, de los problemas de salud emocional, mental y de comportamiento que afectan a los niños.
Y como todo producto expuesto a un gran público, tiene sus detractores y diversos sitios en Internet y espacios de intercambio de criterios –principalmente en Estados Unidos– ,son los catalizadores de ácidas críticas.
“De seguro el hijo de cualquier persona nunca será perfecto, pero ¿significa esto que los niños con necesidades especiales son menos perfectos que otros? Desconozco si esta serie aportará algo positivo, pero pienso que el nombre que lleva es un desastre”, es uno de los muchos comentarios fuertes en contra del programa que se aprecian en páginas como www.mumsnet.com
Según el narrador del espacio, uno de cada diez menores de 16 años lucha por encajar y ser aceptado, aunque los casos de “Mi hijo no es perfecto”, suponen diagnósticos un tanto separados de esa estadística.
