En un cuaderno sencillo se encuentra el arma más letal del mundo. En Death Note , el asesino en serie más sanguinario del mundo no empuña ni pistola ni hacha, solamente un lapicero.
Hace diez años, Death Note era un manga (un cómic japonés) y un animé (una serie animada japonesa). Esta semana, Netflix estrena su primera interacción occidental: una película con actores estadounidenses, pero con la misma mitología oriental con la que su historia fue creada.
En el mundo creado por el escritor Tsugumi Ohba y el dibujante Takeshi Obata, los dioses de la muerte son seres monstruosos y muy punk que comen manzanas.
Light Turner (intepretado por Nat Wolff) es un adolescente que se topa con uno de estos dioses (Ryuk, cuya voz pertenece al actor Willem Dafoe) y recibe de él un cuaderno en el que, al apuntar el nombre de alguien, muere inmediatamente.
Con tal poder en sus manos, Light comienza una serie de ajusticiamientos contra quienes considera que no tienen derecho a vivir.
“Los que hacen tu vida miserable, hacen que tu vida corra peligro”, reflexiona en el tráiler de la película.
Sin embargo, al tiempo que Light comienza a tomar decisiones para ajustar la balanza de justicia, la policía intenta perseguir al asesino en serie “Kira” sin resultados.
L (Keith Stanfield), un detective de alto rango, comienza a seguirle la pista a las muertes para terminar con ellas.
Lo que comenzó para Light como un juego inocente se transforma en una red de persecuciones en las que no siempre contará con la protección de Ryuk para salvarse de ser atrapado.