El rostro y la cadencia de voz de Claudia Palacios cautiva a los televidentes de lunes a viernes. La presentadora del programa
Los atestados, el carisma y el profesionalismo de los que habla la colombiana se han visto reflejados a lo largo de sus siete años de trabajo en Atlanta. Palacios ha realizado coberturas de eventos como las elecciones presidenciales en Estados Unidos y la muerte del papa Juan Pablo II.
La periodista también ha conversado frente a frente con personalidades como Mario Vargas Llosa e Isabel Allende.
Durante su primera visita al país, Palacios reflexionó con soltura sobre los compromisos de la profesión y su experiencias en CNN.
Creo que todas las carreras requieren muchos sacrificios cuando uno quiere hacerla bien, no solo el periodismo. Cuando uno llega a un momento de la vida en que también la familia es prioridad, a veces se sacrifica lo personal, a veces lo profesional; lo importante es buscar el balance.
“Por fortuna, he tenido la suerte de estar siempre en ese balance. Mi hijo tiene 10 años y he podido estar muy cerca de él, criándolo, acompañándolo, ayudándole con sus tareas... También he hecho una carrera de la cual me siento satisfecha y eso requiere, después de que lo acuesto a él, hacer un poco más de trabajo, un poquito menos de horas de sueño”.
Insisto, y seguramente los decanos de comunicación social no van a estar muy contentos con esto, preferiría que los periodistas estudien carreras que les den más conocimientos; por ejemplo, sociología, ciencias políticas, economía, historia y que después se especialicen en periodismo.
“Lo que yo le diría a los que están en la carrera de comunicación es que por su propia cuenta se sientan periodistas y, lo mínimo de serlo, es leer todos los días el periódico de pe a pa, cuestionarse lo que leen, hacer un banco de posibles fuentes. Deben saber quién es quién en el tema para aprender, para especializarse, para que cuando lleguen a un medio de comunicación no pase que los directores de medios no saben dónde poner al practicante porque no sabe nada”.
Extraño hacer reportería, pero no la del día a día. Me gusta hacer reportajes para programas que vayan en profundidad. En este momento de mi carrera, y en este año especialmente, he podido lograr eso porque he hecho unos cinco programas especiales sobre Cuba, Isabel Allende, Mario Vargas Llosa, el presidente Rafael Correa y la Operación Odiseo en Colombia.
“Ese es el tipo de reportería que más me interesa hacer y no como en Caracol que hacía una nota y duraba un minuto al aire. Estoy haciendo reportería como me gusta”.
No, no, para nada. Creo que un periodista no tiene una cumbre y uno no alcanza la cumbre dependiendo de en qué medio trabaje o del trabajo que haga hoy, porque siempre he considerado que elegí esta carrera como un servicio social. Nuestros países tienen tantas necesidades que la posibilidad de brindar servicio social es ilimitada, inmensa; creo que infinita.
Emocionalmente, la muerte del papa Juan Pablo II fue una cobertura muy comprometida. Estaba tan enfermo desde hace tanto tiempo, que teníamos mucho tiempo preparándonos... Al mismo tiempo, uno como católica está involucrada y, más que como católica, el hecho de que era como una especie de abuelito fue impactante.
“Pensando bien, la liberación de Ingrid Betancourt fue también muy demandante. Llevaba muchos años, desde que la secuestraron , pensando en cómo iba a ser el momento en que la liberaran, si la tuviera al frente qué le iba a preguntar... El día de la Operación Jaque, como colombiana me emocioné mucho. Ese día, no tenía que trabajar... Y me fui y les dije: ‘Póngame a trabajar, porque este día no lo puedo vivir como espectadora”.
“Venía tan emocionada que saqué una bandera de Colombia, la tenía simplemente en mi cartera porque quería sentirme más cerca de Colombia ese día. Cuando llegué al
Es una relación muy bonita. Glenda es una persona muy cálida, muy amorosa. Ella fue fundamental para que dijera que sí a la oferta de CNN.
“Estaba tan bien en Colombia que cuando a mí me entregaron la oferta de CNN y me quedé sola, se me salieron las lágrimas pensando por qué tengo que tomar una decisión de esta magnitud en este momento de mi vida. La jefa que iba a tener, seguramente sintiendo un poco mi estado de ánimo, le dijo a Glenda que me llevara a comer a su casa con su familia, para que viera un poco cómo era la vida aquí.
“Glenda me llevó a su casa, sin conocerme. Era el primer día que la veía en mi vida, me llevó a comer con su familia y fue tan cálida, tan amorosa, tan abierta y tan generosa con toda la información que me dio, que me sentí más segura de tomar esta decisión”.
En Colombia es igual, incluso entre los mismos presentadores de un mismo canal, siempre es la competencia. El ‘voy a sacar una noticia que el otro no tiene’ y cosas así. En CNN es distinto y somos un poco más cercanos a lo que podría ser una familia. Creo que influye mucho el hecho de que seamos inmigrantes. Estando allá necesitamos tratar de tener lazos similares a los que perdimos por venirnos de nuestros países. Nuestros compañeros de trabajo se convierten como en esa familia que dejamos.
Quiero entrevistar a Dilma Roussef. Me parece fascinante que una mujer como ella, pasando por la historia de cáncer que tuvo, que fue una guerrillera, esté manejando el país con la economía más grande de América Latina. Además, en un momento tan crucial, en que hay tanta inversión en Brasil, hay tantos recursos que cuidar y el país se prepara de cara para recibir eventos como los Juegos Olímpicos y el Mundial de Futbol.
“Del mundo artístico, ahora mismo quisiera entrevistar al escultor Fernando Botero”.
No sé si para poder llegar a la cadena. Es indiscutible que cuando esa persona tiene esa telegenia es quizá un punto a favor.
“ La estética existe, eso no se puede negar y al televidente le gusta ver una estética combinada con la profundidad y la inteligencia de la persona que tiene ahí, pero también conozco muchas personas en televisión que no tienen esa telegenia y que hacen un excelente trabajo, que cautiva al televidente.
“En países de América Latina, donde se valora tanto la estética, sí abre muchas puertas el ser bello, pero yo creo que quien entra por una puerta que se abre gracias a su belleza y no demuestra que se puede mantener ahí con otras herramientas, rápidamente sale.
“La belleza juega un papel, pero que no es determinante”.